En 2002, muere Alice Stewart. Doctora inglesa que en los años 50, comienza a estudiar el aumento en los casos de cáncer dentro de la población infantil. Fue capaz de demostrar que dentro del grupo de niños enfermos de cáncer que formaban parte de su estudio, la mitad de ellos tenía una cosa en común: a sus madres les habían hecho radiografías durante el embarazo. No le quisieron hacer caso y fue dejada de lado por el resto de compañeros de profesión. De hecho, tardaron 25 años más en abandonar esta práctica.