Twitter, ¿garante de la libertad de expresión?

A principios de Septiembre el Ministerio de Sanidad solicitó a Twitter el cierre de cuentas que promovían la anorexia y la bulimia. La respuesta de la red social fue que no lo iba a hacer. La razón: la defensa de la libertad de expresión.

Entramos entonces en un terreno peliagudo: definir qué es la libertad de expresión y dónde están sus difusos límites. Cuestión que dudo mucho que se clarifique algún día. Ahora bien, me chirría enormemente que plataformas como Twitter se erijan como los garantes de la libertad de expresión cuando luego cierran perfiles a la velocidad de la luz de usuarios bajo la sospecha de ser spammers (cercano es el caso que le sucedió a Mikel Agirregabiria). Está claro que queda mucho menos romántico e idealista decir que si se inician en un terreno pantanoso como ése, deberían contratar a más personal para que no sea un robot el que valide estos casos.

Eso es lo que intento reflejar en la entrevista que me han hecho esta semana en Deia. Os copio mis respuestas originales, para que podáis contrastar con el resumen luego publicado ;-):

¿Tiene constancia de que haya aumentado la apología de la anorexia y la bulimia en internet?
Como administradora hasta hace bien poco de una plataforma de creación de blogs (Nireblog), doy fe de la presencia elevada de bitácoras con esta temática. Sin embargo, no es que haya muchos usuarios generando contenidos, sino que un número reducido produce mucho material y en muchas plataformas a la vez. Es alarmante encontrar este tipo de información por la Red, pero no debemos pensar que es una consecuencia directa de las nuevas tecnologías. Internet no es más que un fiel reflejo de nuestra sociedad, y lo que se produce en la calle, también se da en la Red. Lo que la diferencia es que es más sencillo “viralizar” la información y llegar a más gente que con el boca-oreja tradicional.

Se estima que el número de páginas web con contenidos que hacen apología de la anorexia y la bulimia ha crecido un 470% desde el año 2006. ¿Qué opina de esta expansión? ¿Es proporcional al crecimiento de todo tipo de contenidos, dado el mayor uso de blogs y redes sociales, o es realmente algo alarmante?
Es igual de alarmante que ver en pasarelas a modelos con unas tallas imposibles o el éxito de libros con dietas milagrosas. Es decir, la multiplicación de estos contenidos es proporcional a la repercusión que está teniendo el culto desmesurado al cuerpo en el resto de espacios. Estamos hablando de un problema cultural y no tecnológico. Igual que el ciberbullying es el reflejo del acoso escolar a través de las nuevas tecnologías, la ciberanorexia y la ciberbulimia son la manifestación digital de estas enfermedades. Y al igual que crecen las páginas web con estos contenidos, también lo hacen las que luchan contra ellas: stop-obsesion.com, masqueunaimagen.com, 1espejo1000ventanas.com,… Incluso en 2008 se lanzó una campaña en la blogosfera para escribir entradas contando los peligros de estas enfermedades y usando palabras clave para posicionar en Google por encima de las pro-anorexia y pro-bulimia.

Además, como tú bien comentas, el número de contenidos en Internet ha crecido exponencialmente, viéndonos inmersos en una infoxicación a todos los niveles.

¿Es internet un arma de doble filo?
Siguiendo tu símil, Internet es como un cuchillo. Dependiendo de quién lo blanda, lo usará para cortar alimentos o para clavárselo en el pecho a otra persona. Las conductas que se dan en un bar, en un parque, en casa, en el colegio y así hasta un largo etcétera, se reproducirán igualmente en Internet, que no deja de ser un espacio más. Sin embargo, lo que actúa como catalizador en la Red es el anonimato. La posibilidad de comunicar este tipo de aberraciones desde un nick. De hecho, la anorexia y la bulimia se camuflan bajo los nombres de «Ana y Mía».

El Ministerio de Sanidad pidió a Twitter que eliminara los perfiles proanorexia, pero estos se negaron en defensa de la libertad de expresión. ¿Comparte su decisión?
Hay que tener claro qué se entiende como libertad de expresión. Se trata de la libre difusión de ideas siempre y cuando éstas sean respetuosas con los demás. En mi opinión, la apología de la anorexia y la bulimia no se puede considerar un ejercicio de libertad de expresión, dado que atenta contra la salud pública y la protección de la juventud y de la infancia. Por tanto, considero una irresponsabilidad por parte de plataformas como Twitter no actuar ante estos casos. Mi percepción es que se escudan en la defensa de la libertad de expresión cuando realmente se trata de miedo a establecer precedentes de borrado de contenidos que les podría conducir a necesitar un extra de personal que analice las diferentes situaciones para valorarlas.

Ahora bien: esto no convierte a Twitter en una plataforma pro-trastornos alimenticios, ni a Internet en un lugar oscuro donde tus hijos o hijas pueden caer en estas enfermedades. Sigue existiendo un lugar común para la lucha contra esto: la educación y el núcleo social más próximo.

¿Por qué códigos se rigen las redes sociales, qué censuran y qué no?
Aquí entra en juego la escala de valores de la propia red social, que se cubre las espaldas en las condiciones de uso que todos firmamos cuando nos creamos una cuenta y que se rige por los principios de los responsables de esas redes sociales. Así no es de extrañar encontrarnos con casos estrambóticos como el de la censura de una fotografía de una mujer amamantando a su bebé por parte de la conocida red social Facebook al considerarla pornográfica. O incluso el cierre de un perfil personal en esta misma red por hablar de Google+, la competencia. Por lo que vemos, los raseros varían mucho dependiendo de la plataforma. Además, es curioso como los lobbys culturales suelen tener más posibilidades de éxito a la hora de eliminar contenidos que el Ministerio de Sanidad.

¿La autorregulación de las propias redes es la única solución?
No creo que sea esa la vía. Volvemos sobre la educación, que es desde donde se pueden atajar estos problemas tan enraizados en la sociedad actual. La autoregulación es más una cuestión moral que legal y está muy mediada por dónde está radicada la red social en cuestión. Por tanto, lo que pudiera parecer moralmente reprobable en EEUU aquí podría ser visto de una forma distinta (como ya hemos comentado en los casos concretos anteriores).

¿No es posible actuar legalmente contra estos contenidos?
Efectivamente, publicar este tipo de información no está tipificado como delito, por lo que no se puede solicitar su eliminación por vía judicial. Sin embargo, el artículo 8 de la Ley 34/2002 de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico (LSSI) indica que en el caso de que un determinado servicio de la sociedad de la información atente o pueda atentar contra la “protección de la salud pública” o “la protección de la juventud y de la infancia”, se podrá interrumpir la prestación del mismo, pudiéndose así bloquear el acceso a Twitter desde España. Pero igual que no se nos ocurre apagar la emisión de las televisiones porque aparezcan en ellas imágenes que podrían incitar a estas enfermedades, tampoco creo que cortar el acceso a Twitter sea el camino. Mi solución: educar. Aunque ya vemos que en estos tiempos de recortes que vivimos, parece que es la última salida.

Lorena Fernández Álvarez (@loretahur)

Ingeniera salsera. Actualmente, directora de comunicación digital de la Universidad de Deusto. Miembro del grupo experto de la Comisión Europea Gendered Innovations para analizar el impacto de no incorporar la perspectiva de género en la Inteligencia Artificial. Colabora en el programa de radio “Hoy por Hoy Bilbao” de la Cadena SER desde 2009 con una sección sobre nuevas tecnologías. Además, es jurado del premio Ada Byron a la mujer tecnóloga y mentora del proyecto Inspira STEAM, un proyecto que busca el fomento de la vocación científico-tecnológica entre las niñas. Ha creado junto a Pablo Garaizar e Iñigo Maestro el juego de mesa Nobel Run.

4 thoughts on “Twitter, ¿garante de la libertad de expresión?

  1. Una preguntilla de nada al hilo de esto y sólo para reflexionar: ¿Tú crees realmente que en twitter habrian apoyado con tanto «entusiasmo» las recientes revueltas del mundo árabe si fuesen en contra de los intereses de EE.UU.? Pues eso 😉

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