No sé si será la edad pero últimamente estoy de un nostálgico subido. Por eso me han venido a la cabeza aquellos veranos en el pueblo y las diversas mascotas que pasaron por mis manos (mis terribles manos…).
El contacto con animales empezó con los típicos pollitos de colores que vendían en los mercados de los pueblos. Tuve pollitos de color verde, azul, rosa,… Todos tuvieron un final trágico… ¿Todos? ¡No! El naranja butanito se convirtió en un bonito gallo blanco que se quedaron mis abuelos (y que sospechosamente desapareció en Navidades…).
Como veía que los pollos eran muy poco resistentes, me pasé a los patos (o quizás fueron mis padres los que decidieron cambiar de animal al ver mis experimentos con los pollos y el agua). El único pato que tuve murió por envenenamiento, pero no penséis que soy un monstruo. Todo sucedió porque comió una mosca que previamente había sido envenenada con insecticida.
Tras estos chascos con las aves, me decanté por los grillos. Solía ir con mis primos a la caza y captura de estos cantarines animalillos. Las técnicas para atraparlos eran de lo más variopintas: desde introducir una pajita por el orificio de su madriguera hasta inundársela con líquidos extraños para que saliesen. El problema de todo esto eran las noches que nos daban luego con tanto cántico… Estos fueron liquidados por mis padres.
Los siguientes en la lista fueron los caracoles. Como eran muy pacíficos, mis padres me los dejaron traer a la ciudad. Los tenía en la típica cajita de plástico transparente con agujeritos en la tapa, rodeados de lechuga. Un fatídico día de sol, dejé por olvido la cajita en el balcón y cuando me di cuenta tenía caracoles cocidos.
Con el tiempo fui creciendo y mi crueldad o despiste disminuyó. Así que mis últimas mascotas aún siguen vivas: mis dos gatas, Pili y Mili. A que son una preciosidad… y muy resistentes 😉
Yo pienso que todos de «peques» siempre hemos sido algo trasto con los animales, aunque yo era trasto trasto trasto…
muy bonitas las gatas 😀
Hola, soy de la sociedad protectora de los caracoles y le mando una citación para que pague las vidas que usted segó con sus actos. Nos vemos en los juzgados. Juas!!
Y yo soy de la Sociedad Protectora de Gatos. Tras contactar con las Sociedades de los animales que ha maltratado usted a lo largo de su vida, hemos tomado la decisión de no permitirle tener sus gatos :-P.
Vale, no cuela xD
Muy bonitas tus gatas ;-), ya me gustaría a mí tener una mascota en casa. Es lo que tiene vivir con tus padres…
NO!!!! Mis gatas no por favor… Que las quiero mucho.
Voy a tener que pedir donaciones para hacer frente a la denuncia por la sociedad protectora de los caracoles…
Buenas tardes, señorita Loretahur.
Soy el responsable de relaciones públicas de la Asociación sin ánimo de lucro SGAE* en Basauri.
Me duele tener que anunciarle que el próximo lunes 6 de marzo procederemos a la captura de sus gatas. A las 9:00 de la mañana tiraremos la puerta de su domicilio para realizar dicha labor.
Atentamente,
Guillermo Tirapuertas,
*Asociación sin ánimo de lucro «Salvemos a los Gatos Atrapados por Egoístas (SGAE)» Basauri.
3-3-2006
Oh no!!! Tendré que llevar a cabo una nueva campaña por la liberación de mis gatas (ya me estoy currando la imagen para que pongáis en vuestros blogs…)
Hola Lore,
Tanto yo como todos los que han leído el artículo nos hacemos a la idea de que el final de esas pobre criaturas está muy cerca 😉
De momento, y mientras estás en clase, procura no quitarle la vida a los ordenadores que tienes a tu lado ni desconectar los cables de red a tus compañeros(fastidiándoles las descargas).
Rommon-Saludos!!!! 😉