Obviamente es obvio

naranja
Foto: DavidDennis

Dice la RAE que obvio es aquello muy claro o que no tiene dificultad. Es decir, que no es necesario que sea explicado. Sin embargo, lo obvio se convierte habitualmente en lo olvidado: obvio parece que cuando abramos un grifo, salga agua. Obvio que todas las navidades recibamos regalos. Obvio que no nos falte qué comer. Pero no debemos olvidar que lo que es obvio para nosotros puede ser un privilegio para otros.

Esto, hace unos años, no era así. Cuando mis abuelos me cuentan sus navidades me quedo perpleja al descubrir que como regalo recibían mandarinas y naranjas y era uno de sus mejores presentes. Si hoy en día recibimos una mandarina como regalo, no quiero ni pensar por donde se la meteríamos a los reyes magos…

Mis padres se hacían sus propios juguetes con tabas (hueso de la rodilla de las patas traseras de los corderos), cajas de zapatos, … cualquier cosa les valía para dejar volar su imaginación. Sin embargo, hoy los niños se aburren con sus juguetes y sólo saben pedir más.

Yo pertenezco a esa generación en la que hemos tenido de todo: comida, ropa, caprichos, … todo y sin esfuerzo. No sabremos nunca lo que les costó a nuestros padres conseguir todo esto. Estamos acomodados, adormilados, sin darnos cuenta de lo que importan las cosas.

Como bien me decía mi profesor de Filosofía del Instituto, las civilizaciones que vivían acomodadas terminaron desapareciendo mientras que las que tuvieron que sortear dificultades fueron las que más se desarrollaron. Así que valorad cada día todo aquello que os rodea porque puede que otras personas estén sufriendo por conseguirlo.

Disclaimer: este post forma parte de la segunda edición del Festival de Blogs de Aprendices. Si queréis leer más obviedades por la blogosfera, no os perdáis los posts del resto de participantes. Además me viene que ni pintado para celebrar el día «Levántate contra la pobreza«.

Lorena Fernández Álvarez (@loretahur)

Ingeniera salsera. Actualmente, directora de comunicación digital de la Universidad de Deusto. Miembro del grupo experto de la Comisión Europea Gendered Innovations para analizar el impacto de no incorporar la perspectiva de género en la Inteligencia Artificial. Colabora en el programa de radio “Hoy por Hoy Bilbao” de la Cadena SER desde 2009 con una sección sobre nuevas tecnologías. Además, es jurado del premio Ada Byron a la mujer tecnóloga y mentora del proyecto Inspira STEAM, un proyecto que busca el fomento de la vocación científico-tecnológica entre las niñas. Ha creado junto a Pablo Garaizar e Iñigo Maestro el juego de mesa Nobel Run.

9 thoughts on “Obviamente es obvio

  1. Es obvio que no me enteré de nada cuando dijeron que hicieramos un post, yo entendí que se refería a informática y ya van dos posts que leo que no, que era sobre lo obvio en general.

  2. es verdad lore, pero tampoco creo que vivamos adormilados. Creo que la tendencia natural es a vivir adormilado, seas de esta generación o de la anterior, con la diferencia de que en esta, el adormilamiento es más plácido que en la anterior.

    El hombre es vago por naturaleza. Si trabaja 10 horas es porque no puede trabajar 8. cuanto antes lo asumamos, mejor…

  3. El problema es no darse cuenta de lo obvio, al menos de vez en cuando. Si eso llega a ocurrir, y me temo que llegará, sucumbiremos en la nada. Como otros muchos lo han hecho. Porque es obvio que no somos diferentes a aquéllos.

  4. Virginia,
    Yo también entendí como tu. Creí que el port era sober tecnología. Y de so en ciertos temas me queda aprender mucho.

    Saludos lore

  5. Dentro de las sociedades acomodadas, a su vez, existen personas acomodadas, y pienso que el estilo de vida frenético no les hace «adormilarse» demasiado, porque unos llevan a otros en cierta medida. Podrá perder velocidad el progreso, pero jamás se detiene, a menos que ocurra una desgracia -tipo guerra, que es la que hace que todo se mude-.

    Por lo tanto, pienso que tu profesor de filosofía, tan solo tenía una porción de verdad 🙂

  6. Supongo que las cosas importantes de la vida no son las que más valen (en dinero) si no las que más cuestan (en esfuerzo).

    Cuando pasan de costar a valer dejan de ser importantes. O al menos, dejamos de darles la importancia que merecen.

  7. @velimir: pues yo no creo que mi adormilamiento sea igual que el de mis padres cuando fueron jóvenes. Por de pronto, yo he podido estudiar una carrera superior estando en su casita plácidamente. Ellos, a los 18 se habían ido a 300 Km. de su casa para trabajar y sacar su vida adelante. Eso sí, la satisfacción de lograr algo después de tanto sufrimiento tiene que ser enorme…

    @mikyma: no podría estar más de acuerdo con lo que has dicho sobre costar y valer.

  8. Desde que obtenemos lo que queremos nos olvidamos casi al instante de lo que nos ha costado conseguirlo, siempre suele pasar igual.

    De vez en cuando está bien mirar alrededor y darse cuenta de los lujos que tenemos y que mucha gente en el mundo no se puede permitir

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