Las redes sociales suponen un ahorro en dinero y tiempo. El bajo coste de éstas (en la mayoría de los casos se limita exclusivamente al de la conexión a Internet) ayuda a su crecimiento, dado que es una manera fácil y barata de mantener el contacto con las personas. Además, se reduce el tiempo empleado en la socialización: si con la interacción cara a cara tenemos que contar una historia casi tantas veces como contactos tenemos (es difícil que estén todos en el mismo momento y lugar en el que narramos los hechos), con las redes sociales bastará con que publiquemos esa experiencia una vez, para que nuestros contactos lo lean de forma asíncrona.
En 1992, Robin Dunbar, un antropólogo británico especializado en el comportamiento de los primates, llegó a la conclusión de que el poder cognitivo del cerebro limita el tamaño de la red social estable que un individuo puede establecer. Extrapolando los tamaños del cerebro y las redes sociales de los monos, Dunbar sugirió que el ser humano puede tener redes estables de alrededor de 148 contactos. Redondeado a 150, esto se conoce como «el número de Dunbar«.
Pero un fenómeno que me llama terriblemente la atención son los denominados cazadores de contactos, también conocidos como spammers sociales, que desafían ese número de Dunbar. Varias suelen ser las razones para esta actividad: fines comerciales, nuestro ombligo, … Pero al final todo se vuelve una colección de contactos, rompiendo la finalidad de la red: comunicarse.
¿Qué nos lleva a agregar a tantas personas? El ego de vernos populares en base al número de contactos, el miedo a ser rechazos o catalogados como antipáticos 2.0, el negocio, …
De hecho, continuamente pululan por la Red manuales para atrapar más y más contactos. Cada vez se aplica más aquello de que Internet es una tela de araña y los usuarios son los arácnidos ávidos de atrapar en sus redes a miles de moscas. ¿Pero para qué?
Yo, dependiendo de la red, suelo llevar una política diferente. En las que establezco una comunicación diaria, como pueda ser twitter, intento agregar sólo a las personas que conozco o bien personalmente o bien de alguna interacción en Internet para evitar que el ruido pierda la información que realmente me interesa. Sin embargo, en otras redes suelo ser más laxa. Y aún así supero el número de Dunbar con creces.
¿Cuál creéis que es la motivación de esta colección? ¿Qué políticas tenéis vosotros a la hora de establecer nexos de unión?
La pregunta es ¿para cuándo un manual para poder leer menos blogs, estar en menos redes sociales, tener menos contactos, etc…? 🙂
Yo a veces tengo en dejá vu
http://www.blogoff.es/2007/03/25/miedo-beta/
Error: nosotros somos las moscas. Somos las presas, no los depredadores, aunque no niego que a veces está bien dejarse atrapar.
Lo del numerito, ¿es la suma de todos los contactos en todas las redes? ¿O hay un número de Dunbar por red? ¿O igual habría que distinguir entre contactos y contacos-con-los-que-además-interactúas?
Hombre señorita, a veces es al revés…a mí alguna vez me han llamado «coleccionista de contactos» cuando me añade mucha gente que no tengo ni idea de quién es…que por qué los acepto? bueno, pues porque tampoco pierdo nada y esa persona imagino que se pondrá algo más contenta 😕
Dos cosas:
1. Una de género. ¿Por qué escribiendo el post una mujer se habla de ‘EL’ coleccionista de contactos y no de LA coleccionista de contactos?
2. La política de los nexos, en mi caso, depende de la finalidad. Como provengo de generación analógica para sentir-vivir un contacto real me siguen haciendo falta los ojos y el tacto. Donde esto ya existe la red social es una extensión y un hilo que permite mantener esa continuidad relacional. En el resto de los casos el motivo es básicamente profesional o político.
Yo soy bastante restrictivo en general… y aún así tengo unos cuantos conocidos «desconocidos» 😉
Creo que hay mucha gente que usa las redes sociales como una especie de páginas amarillas donde quiere meter a todo el mundo que se encuentra por la Red en algún momento «por tener» y otros que simplemente lo usan para autopromocionarse en cualquier sentido (profesional, personalmente).
¿Qué se pierde la utilidad y el sentido de la red social? Si, totalmente. Una cosa es añadir a gente que conoces por Internet porque quieres saber lo que hace o mantener un contacto más cercano y otra añadir a todo el mundo compulsivamente. No conozco a nadie que sea capaz de seguir la vida de los demás por Facebook teniendo más de 100 contactos 😛 _de verdad_ Otro tema es que añadas a gente que conozcas in real life y se vayan acumulando, ahi tiene un sentido completamente diferente y es donde las redes sociales ayudan precisamente a eso, a mantener las relaciones sociales.
Yo añado y sigo a gente que me interesa en general con la que he tenido algún contacto por un blog o por algún otro motivo y aunque antes era muy flexible a la hora de añadir a gente que no conozco de nada, cada vez tengo menos contactos porque voy acabando con esa (para mi) mala práctica :-P. Vamos, que ahora mismo lo que me interesa es tener a mano exclusivamente a gente con la que me he comunicado alguna vez o conozco de algo y ellos a mi, no por ser «fan» 🙂
Curiosamente el otro día pensando en el asunto me di cuenta de que no tengo ningún interés en conocer más gente de la que conozco, supongo que habré llegado al # máX. de conexiones que mi cerebro me permite… o que la gente se ha ido poniendo muy poco interesante con el tiempo… yo que sé?
Una de las primeras cosas que hice cuando decidí dejar el «anonimato» y volverme más «real» fué, y a modo de ejercicio abrir cuanta en Facebook y en Tweeter (esta última realmente la uso más que nada como gestor de feeds)…
No obstante me doy cuenta de que unicamente tengo a 2 o 3 contactos que no conozco personalmente (también a modo de ejercicio)…
Tengo la gran fortuna y riqueza de contar con eXelentes amigos que casualmente están repartidos por el mundo y en ese sentido facebook me ha sido bastante útil para «ponerme al día»…
Eso de ir agregando contactos o sea «contactos=gente que no conozco y que probablemente nunca conoceré ya que en realidad ni siquiera me importa pero que tengo agregados para tener muchos contactos»… No sé…
De ir una persona por la calle pidiendole a todo el mundo «quieres ser mi amigo?» que diría la gente ???
A mi me suena terribles problemas de personalidad…
Pero volviendo al quit del asunto… yo que sé…
Un abrazo 🙂
@Kids: me temo que eso es una fase. Hay días en los que no me apetece ir a trabajar y otros en los que sí. Hay días en los que me gustaría no salir de mi cueva y otros en los que disfruto relacionándome con la gente, riendo, hablando, … Con las redes sociales sucede lo mismo porque es otra manera de socializar.
@Mak: ¿que nosotros sólo somos las moscas? Eso es un planteamiento muy inocente. Yo también agrego a personas. No siempre hay una mano maligna comercial intentando convertir nuestra actividad en polución mental 😉 .
El numerito define las personas con las que puedes mantener contacto constante. No puedes sumar las de todas las redes porque normalmente coinciden las personas. Así que tienes que coger las que no se repitan.
@J.Andrés Milleiro: pero si agregas a todos los que lo hacen, ¿cómo consigues mantener la conversación? Me refiero a que con 2000 contactos en Facebook hay tanto ruido que no enteras de nada, ¿no? También creo que depende mucho de la red. Si estás en una de amantes de los cactus, supongo que lo que te interesa es compartir ese nicho de interés, así que no agregas a personas que no tienen nada que aportarte.
@Txetxu: el título no tiene ninguna connotación de género. Se ha seleccionado ese artículo masculino porque se estaba jugando con la similitud con el título de la película «El coleccionista de amantes» 😉
@Iñaki: ¿Pero cuáles son las políticas que utilizas para no agregar a alguien?
@Ramón Rey Vicente: totalmente de acuerdo contigo. Eres muy poco mitómano 😉
@RevolucionPC: eres un claro ejemplo de persona que usa las redes sociales como complemento de la vida real 🙂
Tu post es una reflexión que me hago habitualmente. En mi caso puse en mi blog el banner de mi facebook ya que estoy interesado en vincularme con aquellos que sintonizan con los contenidos del blog. Por ello, a diario tengo entre 2 a 4 nuevos contactos. Hace tiempo me dí cuenta que como mínimo hay dos niveles de comunicación. Con los amigos que uno lastra a lo largo de la vida y cuyas ondas hoy en día pueden no tener nada que ver con la de uno pero si con la historia de uno y con contactos y followers que están en sintonía total con lo que uno hace, siente y transmite. Así mismo, suelo agregar a aquellos que conozco, que tienen cierta identidad virtual famosa y a mucha gente con la que trabajo con los que tal vez poco tenga que ver. No voy a negar que hay algo de componente egoico en mi política de abrirme a los contactos. Pero creo que si tenemos el ímpetu de difundir nuestras ideas (por ej. a través de nuestros blogs) queremos que el mensaje se expanda lo más posible.
Muchas gracias por ser la palabra escrita de cosas sobre las que suelo reflexionar.
un abrazo
Andres
¿Contacto constante? ¿Y dónde queda la interacción que no es contacto, o que es puntual? En fin, éstos de las ciencias sociales, no definiendo bien las cosas ;-P
Sobre lo de coger o no todas las redes y personas con las que interactúas en ellas (me vas a permitir ser más escéptico y pensar que el número de Dunbar se referirá más a las personas con las que interactuamos que a las que establecemos algún tipo de lazo mediante el cual podríamos llegar a interactuar), pensaba justo en lo que dices, mi red social es la unión de todos los conjuntos que son las redes sociales a las que pertenezco. Ahora bien, como cada red social propicia la interacción de forma distinta, ¿no habría que introducir en todo esto la intensidad de esa interacción?
Bah, desvarío. Cuídate.
¡Touché! 🙂
Al hilo del tema se me está ocurriendo un experimento para poner en práctica en breve. Gracias Matilde por tener esta buena idea.
Suelo ser bastante estricto, excepto en Twitter. En FB o LinkedIn sólo tengo a gente que conozco. En twitter suelo seguir a quien me sigue, a no ser que sean bots o spammers. Siempre se puede aprender de todo el mundo y twitter además permite el filtrado a posteriori.
Un post muy interesante.
JM
Desde mi punto de vista, el coleccionista de contactos, aquel que traspasa cualquier barrera normal de following o followers en cualquiera de las redes sociales disponibles, se me antoja que lo hace por:
*dependencia económica de su posicionamiento, o
*exhibicionismo.
Un saludo,
Nacho Muñoz
Loretha fantastico post, si no te importa copio tu post en mi space. por supuesto pondré tu direccion de blog y que lo escribiste tu. Si tienes algun inconveniente dimelo. Gracias XD
La verdad es que en el único sitio donde sobrepaso el número de Dunbar es en twitter y lo estoy restringiendo. Sucede que al final se convierte en un trabajo.
Otra cosa es que se utilice como herramienta de marketing. Pero entonces lo mejor es presentarse como marca y dar información útil y no sólo propaganda.
mi politika es quien muestra algo bueno y mantiene contacto surve, quien No fuera, pocos y bien venidos!!
Me irritan particularmente los spammers de contactos. No tiene sentido realizar networking si lo único que persigues es tener una lista de amigos más gorda.
En Twitter se lleva más la promiscudad por su propia arquitectura, y lo mismo pasa en Friendfeed. Ambas son redes ideales para descubrir nuevos contenidos. Pero en sitios como Facebook soy más estricto.
*Promiscuidad, que se me van las teclas.
@Loretahur: Fácil, con grupos de contactos. Tengo 628 agrupados en varios grupos, 135 contactos «de confianza», de hecho publiqué un artículo en mi blog al respecto 😉
@andres: me temo que en las redes sociales a algunos nos pasa como en la vida real. Si en lo presencial no tiramos nada por si un día nos puede servir, en las redes agregamos a casi cualquiera por si pudiera decir algo de interés.
@mak: para mí, alguien con quien intercambio un tweet una vez al año no es un contacto, y por tanto no forma parte de mi número Dunbar. Me temo que no me estás entendiendo porque luego dices lo mismo que yo: me vas a permitir ser más escéptico y pensar que el número de Dunbar se referirá más a las personas con las que interactuamos que a las que establecemos algún tipo de lazo mediante el cual podríamos llegar a interactuar
@agorante: estaré a la espera de ese experimento, Don Corto (seguro que no nos dejarás indiferentes 😀 )
@jose miguel bolivar: yo más o menos sigo esas políticas, pero también depende del pie con el que me levante… Así que mi cuenta de Facebook está ya colonizada por mucha gente que no conozco pero que se supone que es «amiga» de mi «amiga»
@nacho muñoz: también puede ser por sentirse visible. Os recomiendo a todos este post posterior de José de la Peña: Reflexiones sobre las redes sociales: amigos, conocidos y contactos
@juuak: sin problemas, para eso está la licencia CC-by-sa
@miguel de luis: cierto, aunque se me antoja complicado ofrecer información útil para todos los followers. Es el riesgo de seguir masivamente.
@larri: buena política 😀
@escribano: efectivamente. Yo creo que dependiendo de la finalidad de la red, tiene más sentido o no aceptar a gente que no se conoce.
Gracias, ya lo subí a mi blog. Si alguien quiere hecharle un vistazo os dejo la direccion. XD un poco de publicidad jeje
http://elultimorincon1987.spaces.live.com/
Antipático 2.0… interesante concepto
¿Y los que nos negamos a regalar nuestra privacidad/intimidad a Feisbuk o a Tuenti? ¿Qué somos? ¿Antipáticos 2.1? ¿Homínidos 1.0?
Por cierto… yo creo que MI número de Dunbar no llega, ni de coña, a 148… como mucho y con suerte, podría llegar a 10. Menos mal que mi pareja puede llegar a 200 y con herramientas 1.0, teléfono, correo electrónico y, sobre todo, una herramienta absolutamente interactiva que va a ser la siguiente vuelta de tuerca a la realidad virtual: quedada para tomar un café. Eso sí que es la postmodernidad.
Pregunta interesante
Manana espero responder tras participar en un focus group sobre este tema.
Yo me guío por el grupo primario: quince, veinte contactos está bien. Lo mismo que en la vida real. La horda electrónica.
@indarki: los que os negáis sois «personas que aún conservan intimidad 2.0». Por supuesto que lo de antipático 2.0 tiene mucha ironía implícita. De hecho, no puedo estar más de acuerdo con Consultor Anónimo en ese post.
@icalzada: estoy a la espera de la respuesta tras ese focus group 🙂
@patxi: pero eso es más bien el grupo de amigos (de los de verdad, de los que se cuentan con los dedos de las manos). Pero supongo que conocidos tendrás más, ¿no?