No podía volver de mis vacaciones con un notición mayor: mis espías de Cupertino me han dado un chivatazo horas antes de que Mr. Steve Jobs llene twitters, facebooks y hasta medios de comunicación tradicionales con su última novedad: el PhoneBook.
No pueden perdérselo en acción. Lo nunca visto hasta ahora:
Bromas a parte (no creo que sea lo que mañana presente Apple… a no ser que a este libro se le vaya la cobertura si el niño lo coge por el extremo izquierdo ;-)), estamos en la era de la muerte de tendencias y tecnologías. No acaba de ser presentado algo y ya tiene a su «killer» encima echándole el aliento en la nuca. La celeridad de la tecnología nos hace ir siempre corriendo para acabar finalmente en el mismo punto del que partimos. Giros recurrentes que hacen que las TIC sean como la ropa: hay que guardarlas en el armario unos años a la espera de que se vuelvan a poner de moda con un poco de chapa y pintura.
¡Y quién sabe! Igual después de tanta pelea entre el libro de papel y el electrónico, ¡¿a ver si la solución va a ser un híbrido y ninguno de los dos tiene que morir por el camino?! Yo me alegraría porque los dos me caen muy bien ;-).
En las inmortales palabras de un amigo mío, si Steve Jobs sacase una máquina que aporrease los testículos, tuviese esquinas redondeadas y su nombre empezase por «i», la gente se mataba por comprarlo. ¿Hasta que punto hemos cambiado la utilidad de las cosas por el diseño? (Retóricamente, no espero contestación)