Artículo publicado en la Revista Deusto Nº 100 (otoño 2008)
25 años son los que lleva esta revista en marcha. Y no muchos más los que tiene Internet. Así que aprovechando la celebración, vamos a repasar brevemente la filogénesis de la Red de redes desde su primitivo inicio hasta llegar a lo que hoy conocemos y utilizamos.
Internet ha supuesto una revolución en el mundo de las comunicaciones. Sus principales pilares residen en la descentralización de los datos, la ruptura de barreras temporales y espaciales, así como la propagación de una cantidad ingente de información no controlada ni controlable por ninguna entidad (o eso nos gusta pensar a los románticos / ilusos).
Sus orígenes se remontan a finales de los años 60, cuando la ARPA (Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados) del Departamento de Defensa de los Estados Unidos puso en marcha la primera red experimental de computadoras interconectadas conocida como ARPANET. Para ser más precisos, cuatro fueron los primeros nodos. Un número sorprendente teniendo en cuenta los miles de millones de usuarios que ahora formamos parte del ciberespacio. Su origen militar fue ampliándose al ámbito académico, y tuvimos que esperar hasta finales de los años 80 para ver el comienzo del uso comercial de las conexiones.
Muchos son los servicios que nos ofrece Internet: el correo electrónico, la transmisión de ficheros, la mensajería instantánea, etc… Aunque sin ninguna duda, el servicio estrella es la World Wide Web (WWW), conocida popularmente como Web. No debemos, por tanto, confundirla con Internet. Lo primero sólo es un pequeño subconjunto de lo segundo. De hecho, este proyecto es aún más joven: fue desarrollado en 1990 en el CERN por los científicos Tim Berners-Lee y Robert Cailliau. La idea básica consistía en páginas interconectadas mediante hiperenlaces que permitían saltar de un sitio a otro de una forma rápida y sencilla.
Las buenas intenciones iniciales de esta web abierta y gratuita para todos, pronto se fueron «pervirtiendo». Como consecuencia de esto, entre 1997 y 2001, se produjo la popular burbuja.com. De repente, la telaraña mundial se comenzó a ver como un espacio ideal para los negocios y la obtención rápida de dinero. No era raro entrar en una página y caer deslumbrado por montones de gifs animados anunciando algo. Esto produjo una rápida subida de la cotización en bolsa de muchas empresas del sector. Pero si fuerte fue la subida, más aún la bajada.
Esta etapa de especulación económica dio paso a otra de recesión y desaliento. Tras el crack, nadie quería invertir un duro en las compañías punto-com. Así que la recuperación está siendo muy lenta y costosa.
Sin embargo, no todo lo que se forjó durante esos años fue malo ni estuvo avocado al fracaso. En 1997 nació el buscador de contenidos más famoso y utilizado en el mundo entero: Google. De la mano de dos estudiantes de doctorado en Ciencias de la Computación de la Universidad de Stanford, Larry Page y Sergey Brin, se intentó diseñar una herramienta con la que poner orden a la información y así llegar a todas las esquinas de la Red. Como curiosidad decir que el origen del nombre está en la palabra googol, que en inglés es el calificativo que se da a la cifra «10 elevado a 100». Un número muy elevado que puede que un futuro sea el número de sitios en Internet.
En la actualidad, la madurez de la web viene impulsada por un nuevo concepto: la Web 2.0. Blogs, wikis, redes sociales,… pero sobre todo, un protagonista central: el usuario. Pero no un usuario como el de antes. El infociudadano de ahora desempeña un nuevo rol de prosumidor (productor + consumidor de información). Se ha pasado de las páginas estáticas, raramente actualizadas, a un modelo en el que cualquiera, sin necesidad de conocimientos informáticos, puede tener su espacio en la Red. Un aluvión de nuevas palabras nos invade: sindicación, permalinks, folcsonomías, … Una revolución tecnológica que ha dado paso a un gran cambio social, modificando la forma en que usamos las herramientas y primando la inteligencia colectiva. El origen del término (que no de la concepción) es de la editorial O’Reilly Media.
Poniendo la mirada en el futuro, muchos dicen que nos encontraremos con la Web semántica. Una tecnología que pretende agregar sentido a la información, haciendo a las máquinas un poco menos tontas a base de añadir metadatos semánticos que doten de significado a la información. De esta forma, cuando hagamos búsquedas de información, los resultados obtenidos se ajustarán más gracias a bases de conocimiento. Por ejemplo, cuando usemos palabras polisémicas, la máquina será capaz de resolver automáticamente la ambigüedad léxica en base al contexto.
También se dice que la aparición de nuevos dispositivos para la conexión (móviles, PDA’s, …) será otro punto de inflexión que marque el desarrollo de la tecnología. Incluso se habla de una posible saturación de la Red, dado que los nuevos contenidos que se consumen han pasado del liviano texto plano a los pesados vídeos e imágenes de alta calidad.
No estoy en condiciones de sacar mi bola de adivina en este aspecto, dado el carácter cambiante que caracteriza a este medio. Lo que si tengo claro es que debemos abogar todos juntos por acabar con la brecha digital y el analfabetismo digital, logrando así que cualquier persona tenga acceso a Internet, sea cual sea su origen, edad o condición física. Si recuperamos las intenciones iniciales de una red abierta, gratuita y sin intervenciones gubernamentales, habremos logrado nuestro objetivo. ¡Larga vida a Internet!
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Filogénesis… Me lo apunto.
Tal vez haya un estado de la red antes de la web semántica: la móvil, curiosamente también nacida del campo militar. Recuerdo las primeras novelas de Tom Clancy con un joven espía que enviaba información en paquetes desde un trastomóvil hacia un satélite militar… Qué tiempos.
Filogénesis… Qué bien suena 😉
Sólo aclarar que googool no es una palabra en ingles, sino inventada para dar un nombre a un número gigantesco, como era, en este caso 10^100, y un googool a la 100 es un googool plex.
Esto surgió de la maravillosa serie de documentales de Carl Sagan Cosmos cuando explicaba las notaciones exponenciales y lo grandioso del universo.
Hola Loreta! Queria preguntarte donde alojas tu blog y si es gratuito… nada más, sigue así.
Saludos.
Hay quien me dice que la web no deja de ser de una minoría elitista tecnóloga.
Yo les suelo decir que el tiempo pone a cada en su sitio 🙂
@mak: ¿te ha gustado el palabro? Dícese del origen y desarrollo evolutivo de las especies y aplicado a Internet, pues eso mismo 😉
@arturios: gracias por la información 🙂 No sabía lo de Carl Sagan.
@juan: está en blogger y sí es gratuito (aunque el dominio es propio).
@txus: hay que luchar al máximo porque esa afirmación no sea cierta. Te recomiendo la lectura de este post. Me encanta el comienzo: Bienaventurados los países subdesarrollados porque de ellos será el reino de Internet
Si es como un NENE.
Se va haciendo MÁS grande dia a dia.
Nosotros mas viejos y no podemos seguir su ritmo…
En internet si que funciona aquel famoso post tuyo «efecto mariposa»
Parece mentira que un aletear tan pequeño me mueva al otro lado (ja,ja)
Es curioso cómo se se repite una y otra vez la historia de que Internet nació como un proyecto de red destinado a mantener los enlaces de comunicaciones después de una guerra nuclear. Simplemente comentar que esto no es cierto. Las redes de conmutación de paquetes en un principio no eran sino un proyecto más de la agencia ARPA. Su cometido no era facilitar las telecomunicaciones, sino conectar ordenadores situados en diferentes ubicaciones geográficas para compartir recursos o experimentar con el software. Las fechas cantan: la primera Internet, compuesta por varias máquinas conectadas a través de procesadores dedicados, se pone en marcha en 1969, pero el primer sistema de correo electrónico no aparece hasta 1972 o 1973.
Curiosamente existen otras innovaciones que sí fueron creadas en conexión directa con las armas atómicas y de cuyo origen nadie parece tener ni idea, pese a que en la actualidad esas tecnologías son inventadas para una amplísima variedad de fines no solamente militares, sino también civiles: científicos, empresariales y de ocio. Tal es el caso del GPS.
@patxi: interesantísimo aporte. Agrego para ilustrar lo que tú comentas un aporte que hice para la enciclopedia Auñamendi: A partir de 1961, tres organizaciones comienzan a trabajar en paralelo (y sin conocer el trabajo del resto) en sendos desarrollos que desembocarían en lo que hoy se conoce como Internet: MIT (Massachusetts Institute of Technology, Instituto Tecnológico de Massachusetts), RAND (Research ANd Development, Investigación y Desarrollo) y NPL (National Physical Laboratory, Laboratorio Nacional de Física). Desde el inicio se mezclan, por tanto, los intereses científicos y militares.