Artículo publicado en la Revista Deusto Nº 104 (otoño 2009)
Las calles de Internet andan revolucionadas estos días tras el anuncio del alcalde Google de la construcción de un nuevo edificio que promete ser espectacular: Google Wave. El pasado 28 de mayo, durante la conferencia Google I/O, fue presentado un nuevo proyecto que hará que rompamos todos nuestros esquemas mentales, porque se trata de algo que no existía hasta ahora. Muchas pueden ser las definiciones que se le den: un nuevo espacio en el que los usuarios podrán interactuar y colaborar. Un original concepto de correo electrónico, o mejor dicho, una refundación de la comunicación electrónica. Un pegamento de contenidos (correo, mapas, vídeos, contactos, imágenes,…). Un GMail (cliente de correo web de Google) con esteroides.
Veamos con mayor profundidad en qué consiste el servicio. Si en el correo electrónico la unidad mínima y central entorno a la que gira la actividad es un mensaje, aquí todo lo hace entorno a los waves. Un wave es un flujo de información compartida entre dos o más personas en tiempo real o en diferido. Un lienzo en blanco en el que se pueden editar documentos colaborativamente, arrastrar una carpeta de fotos desde el ordenador al navegador para subirlas a Internet, un mapa sobre el que grabar una ruta personalizada, un formulario o encuesta, e incluso un lugar donde poder jugar una partida de ajedrez. Todas las modificaciones que se hacen quedan registradas para poder volver hacia atrás y reproducir esos cambios como si fuese un vídeo (playback). Es una característica idónea para ver qué se ha hecho en nuestro tiempo de desconexión o para que un usuario que se incorpore más tarde al wave, se ponga al día. La información creada se podrá transformar luego en un archivo PDF, ser publicada en un blog, exportarla a texto plano, embeberla en otro sitio web,… Pasamos, por tanto, de muchos mensajes (el originario y las respuestas) a uno único que se modificará y enriquecerá con el tiempo.
Traerá de serie un corrector ortográfico (Spelly) capaz de analizar y entender el contexto de las conversaciones en más de cuarenta idiomas. Además también contaremos con un traductor en tiempo real (Rosy), con lo que nos podremos comunicar con alguien que esté en la otra punta del mundo y que hable en chino mandarín, por poner un ejemplo.
La distribución de la pantalla será la siguiente: en la parte izquierda tendremos los enlaces comunes de correo: buzón de entrada, papelera, carpeta de spam, lista de tareas pendientes, etc. junto con nuestros contactos (muy similar a como están en GMail). En la zona central, a modo de bandeja, estarán los waves. Y en la parte derecha, el wave sobre el que estemos trabajando actualmente, donde aparecerá el contenido y las personas que tienen acceso a él. Para agregar contactos a un wave será tan sencillo e intuitivo como arrastrarlos. De esta forma, si no están conectados, recibirán el wave cuando lo hagan y, si están en línea, trabajaremos con ellos como si fuese mensajería instantánea (pudiendo ver en tiempo real lo que escriben).
Además, tendrá una API abierta. Esto significa que cualquiera podrá codificar “gadgets” o pequeñas aplicaciones que provean de nuevas funcionalidades a la plataforma. Lo que se traducirá también en que se conecte a muchas otras sedes web punteras (Facebook, Twitter, Tuenti,…). Dicho en otras palabras: interoperabilidad = éxito asegurado. Fue una de las principales razones de crecimiento de Facebook y, sin duda, lo será de Google Wave. Y es que estoy más que convencida que los internautas se lanzarán a implementar mediante Open Social (el futuro estándar de las redes sociales) las ideas más peregrinas. Será difícil que se ponga el sol en el imperio Google.
¿Y qué necesitaremos los usuarios para poder trabajar con Google Wave? Solamente un navegador y una buena conexión a Internet. Eso será todo. De hecho, es la tendencia cada vez más habitual de la web 2.0, marcada por el cloud computing o computación en la nube: las aplicaciones y los documentos en servidores situados a miles de kilómetros de nuestras casas. Los ordenadores personales pasan a ser terminales tontos y la computación está en la nube. Esto abre un debate sobre la conveniencia de dejar todos nuestros datos en lugares que no controlamos y bajo las reglas de terceros. Sin embargo, Google nos ha tranquilizado un poco indicando que Google Wave tendrá una parte de código abierto y que trabajará con un protocolo abierto. Por lo tanto, cada uno se podrá instalar en su servidor su propia ola y comunicarse con el resto del mundo. Una excelente noticia para todas aquellas organizaciones que quieran implantar su plataforma de colaboración-comunicación en tiempo real y además hablar con otras empresas en el mismo idioma.
Sin embargo, para que esta herramienta triunfe en el mercado laboral, primero será necesario cambiar la cultura de trabajo que nos rodea. De nada vale poner una navaja suiza en manos de alguién que sigue usando cuchillos de madera. Y si un trabajador no sabe trabajar colaborativamente con un papel y un lápiz, no aprenderá porque se le ofrezca Google Wave. Aún estamos lejos de ser una colmena de abejas con inteligencia colectiva…
¿Wave será una simple ola o un tsunami que revolucione Internet? ¿Google será ese gigante omnipresente en todas nuestras comunicaciones a través de la Red? ¿Cambiará este servicio nuestra forma de trabajar? ¿Será la aplicación definitiva para la creación de entornos personales y colaborativos? Tendremos que esperar previsiblemente hasta finales de año, momento en el que abra sus puertas, para poder responder a todas estas preguntas, puesto que por el momento sólo lo han podido probar algunos “elegidos”. Hasta entonces, seguiremos salivando ante la sola idea de ver en acción herramientas tan atractivas y nos repetiremos día sí y día también: “Google, don’t be evil”.
Lorena, vi tu artículo referente a la definición de Blog, tipo de licencias, plataformas (WP) y me pareció genial y lo he recomendado «por ahí» en varias ocasiones.
Hoy vuelves a dar muestras de no hacer posts de refritos y currártelos y hacerlos comprensibles para todo el mundo, con lo cuál, te animo a seguir en esta línea.
En cuanto al contenido en sí del post: Sí. Tsunami, revolución, vuelco a todo lo conocido y experimentado… Ya lo creo… Y estamos deseosos de probarlo.
Enhorabuena y saludos cordiales
Aupa Lorena,
Me ha encantado tu definición de wave. Al explicarlo a la gente tengo la misma sensación a cuando intentaba explicar qué era internet al resto de la gente.
«Sí sí, la información va por la línea de teléfono y…»
Espero que cambie nuestra forma de trabajar.
A ver qué movimiento nos hace Microsoft al respecto ^_^
Sí, pero a ver si sale ya. Esto de anunciar un producto en mayo y que en septiembre todavía no se sepa cuando va a estar disponible… A nivel estratégico no me parece una estrategia buena puesto que da margen a los competidores para prepararse par lo que sin duda cambiará la forma en la que nos comunicamos a nivel presonal y profesional.
Enhorabuena por el post.
@angel: muchas gracias 😀
@txus: cuando salgan las waves a borbotones, la gente lo irá pillando mejor. Ya me contarás algún día cosas más técnicas sobre ellas, que sé de buena tinta que eres ya un crack de Google Wave.
@rafael: a mí me parece una estrategia brillante. La idea ya no se puede plagiar por parte de sus competidores dado que, aunque no esté funcionando, Google ya ha mostrado sus cartas y ha marcado su terreno. Y encima juegan siempre con la psicología de los usuarios. Con Gmail y el servicio limitado a través de invitaciones consiguieron que muchos desearan formar parte de algo exclusivo. Ahora, con Google Wave juegan con la estrategia del «caramelo»: es como si a un niño le enseñas una chuchería y luego se la escondes. Has logrado que aún la desee con más fuerza. O también se puede llamar la «estrategia de la boda»: llega unos minutos tarde para hacerte desear 😉
Magistral, princesa de la Wireléss. Magistral como casi siempre. Otras veces estás sublime, lo se-pas.
Bueno, vale, sublime. Sublime, como casi siempre. Otras veces estás Magistral. Lo se-pas.
Por cierto ¿eres una de las agraciadas? Deberías serlo.
@Jaio: me ha invitado una amiga, pero estoy aún a la espera de que llegue (supongo que en un par de días…). ¿Desea luego usted probar la ola y subirse a la tabla? 😉
Por supuesto, por supuesto que sí, si ello fuera posible. Y le agradecería infinito un mirar de soslayo p’a este ‘lao’ si no tiene inconveniente. No he llegado a esta edad quedándome al margen de los aconteceres significativos… ejem… y quisiera seguir en la ola… aunque la cresta se la dejo a usté, amable joven.