Los tres canteros

catedralEl miércoles estuve escuchando al filósofo José Antonio Marina en el Forum Deusto y hoy ha vuelto a mí esta pequeña historia que nos contó.

Hace ya muchos años se estaba construyendo una catedral. Un hombre, siguiendo la costumbre más perpetuada en este país, se pasó por las obras para ver cómo otros trabajaban. Y allí se encontró con tres maestros canteros que, cincel en mano, estaban trabajando la piedra para construir el templo.

Se acercó al primero y le preguntó qué es lo que estaba haciendo. La respuesta fue contundente y malhumorada:

  • Pues es bastante evidente, ¿no? Aquí picando esta piedra con la solana que hace… y con la sed que yo tengo. ¡Y lo que me queda aún! Por no hablar de lo que me fastidia el capataz por aquí de paseo, sin dar un palo al agua. A mí también me gustaría ser capataz…

Al acercarse al segundo cantero, esto fue lo que le dijo sin apenas mirarle a la cara:

  • Pues aquí ando haciendo lo que me han mandado. Tengo mujer y cuatro hijos, ¿sabe?, así que toca obedecer para poder llevar el pan a casa.

Al acercarse al tercero, comprobó que éste trabajaba con un entusiasmo inusitado. Al hacerle la misma pregunta que a los dos anteriores, éste le respondió con satisfacción y orgullo:

  • ¿Que qué estoy haciendo? Acaso no lo ve caballero: UNA CATEDRAL.

Y vosotros, ¿qué cantero sois? ¿El que se queja de la situación que tiene pero no hace nada para cambiarla, el que se resigna aunque no sea la tarea que le guste desempañar o bien el que ve con claridad que forma parte de un proyecto más grande que su pequeño ombligo?

Lorena Fernández Álvarez (@loretahur)

Ingeniera salsera. Actualmente, directora de comunicación digital de la Universidad de Deusto. Miembro del grupo experto de la Comisión Europea Gendered Innovations para analizar el impacto de no incorporar la perspectiva de género en la Inteligencia Artificial. Colabora en el programa de radio “Hoy por Hoy Bilbao” de la Cadena SER desde 2009 con una sección sobre nuevas tecnologías. Además, es jurado del premio Ada Byron a la mujer tecnóloga y mentora del proyecto Inspira STEAM, un proyecto que busca el fomento de la vocación científico-tecnológica entre las niñas. Ha creado junto a Pablo Garaizar e Iñigo Maestro el juego de mesa Nobel Run.

25 thoughts on “Los tres canteros

  1. Parece que el señor Marina cuenta la misma historia en todos los sitios porque ¿no es esa la que también contó en Sevilla?
    No sé yo: esto de las fábulas con moraleja que parece que valen para todo….

  2. Yo era el de los cuatro hijos y si bien el primero era un quejica su trabajo era digno, el tercero era un gilipollas, nosotros hacíamos piedras a escuadra, bien rematadas pero ni sabíamos ni nos debía importar donde acababan, eso lo decidía el cliente.

    Años más tarde me enteré que una remesa si acabó en una catedral, pero la mayor parte de la producción de la cantera acabó siendo una fábrica de papel.

    Allí conocí a uno que estaba orgulloso diciendo que su pasta de papel era para dar soporte a las mejores poesías y a las mejores novelas y soñaba con ello, una pena que fuese una fábrica de papel higiénico.

  3. El tercero es tonto. Está orgulloso de construir una catedral que no es ni será nunca suya, sino del clero y los nobles. No es más que un esclavo iluso. Al menos el primero tiene la ambición de llegar a ser capataz, que ya es algo.

    La moraleja de esta historia me parece reaccionaria, como lo son en general las ideas del Sr. Marina.

  4. Pues yo hago papel higiénico, y no me importa. Me da la sensación de que sois unos derrotistas-clasistas, conservadores-cenizos e inmovilistas, que os conformáis con criticar por criticar, y que jamás en vuestra vida tendréis el valor de hacer nada, refugiados en las críticas al sistema.

    La historia es ñoña, muy ñoña, pero la moraleja no.

  5. Recuerdo haber leído esa historia en mi libro de religion de primero de BUP (eso fue en el curso 82/83)… pero el segundo cantero estaba muy contento de su trabajo, porque respondía «ya ves: estoy tallando una hermosa piedra»…

    No se de donde procede la historia, pero teniendo en cuenta que los masones originales (los de la Edad Media, no la versión pija actual) eran constructores de catedrales que daban un sentido espiritual a su obra puedo hacerme una idea…

    Por lo que a mi respecta no me gusta el término «catedral» (por aquello de «la catedral y el bazar»: http://es.wikipedia.org/wiki/La_catedral_y_el_bazar), pero me gusta decir que hago red, «como una enredadera, y no como un árbol» (http://www.ciberpunk.info/desvan/enredadera.pdf)

    Espero no haberme pasado (mucho) de pedante (¿quizá un poquito?)

  6. @txetxu: ¡ostras, ya decía yo que me sonaba un montón! Efectivamente es esa. De hecho, contó alguna que otra cosa similar.

    @arturios: pues yo me quedo con el romántico que pensaba que en su papel se escribían los mejores poemas… aunque fuera en papel higiénico 😉 (las mejores siempre han ido a parar a servilletas…)

    @carlos y @ángel: no os quedéis con el dedo que señala sino con el lugar hacia donde lo hace. Vamos que, si cambiáis las piedras de la catedral por las láminas de titanio del museo Guggenheim, me sirve igual 😉

    @higienista: para mí las críticas al sistema son un síntoma sanísimo, precisamente, de inconformismo

    @fernando: +100 puntos para usted. Eso era lo que quería transmitir. No se trata de ser un pardillo/a sino un apasionado/a de lo que se hace. El día que mi trabajo no me llene y no sienta que estoy construyendo una catedral junto con otras muchas personas, apago la luz y a por otra cosa

    @duczen: para mí no hacen el mismo trabajo igual que, en mi opinión, un profesor sin ilusión no es igual que un profesor emocionado por formar parte de la formación de una persona (aunque sea dejar una pequeña aportación en su vida). Ambos tienen la misma profesión pero no hacen el mismo trabajo

  7. Es importante la percepción que cada cual tenemos de nuestro trabajo. Mi comentario se refería tan sólo al hecho objetivo de que el trabajo (físico) es el mismo. Lo he dejado así porque es tan tramposo como el cuento (bueno, algo menos, salvando las distancias con el Sr Marina :D) y dado a mil interpretaciones según la forma de ser de cada cual. ¿Te cae bien el tercer cantero?.
    😀

    Vemos a los canteros desde nuestro punto de vista y sólo se nos muestra cómo aceptan una situación temporal, importante a la hora de afrontar la vida, sí, pero no se habla ni de sus aspiraciones, ni de sí aprenden, prosperan, … somos nosotros quienes imaginamos el resto pero sin contar con ellos.

    Ains, he roto de nuevo una auto norma mía, que es no hace comentarios largos. Me explico mejor en frases cortas o de viva voz.

    Por cierto, sigue el Sr Marina hablando de la dignidad ¿?.

  8. Iba a poner un off-topic, pero ¡qué demonios! Voy a utilizar mi habilidad de (no)político para llevar el ascua a mi sardina…

    Hablando de piedras que van formando catedrales… ¿acaso cada pieza del niremundo -nireblog, nireuste, niretv- no es una piedra para formar una intersante catedral?

    Me viene a cuento porque hace poco he habierto cuenta en Twitter para integrarlo en mi blog y he pensado… ¿Tiene algo parecido el niremundo? ¿Noooo? Pues podría ser algo así como la argamasa que une las piedras… qué mejor que un niretwit que se pueda integrar con todas esas nirecosas… ¿Se podría hacer?

    Nada… que ahí queda la sugerencia.

  9. Vamos a darle la vuelta a la metáfora:

    – El primer cantero tiene los 50 cumplidos, sabe que tiene los pulmones destrozados de tanto tragar polvo sin que el patrón le dé un simple pañuelo, no digamos ya una mascarilla. Cuando termina, se va a la tasca donde vive porque la familia la perdió hace años durante la peste (por seguir ambientando el cuento).

    – El segundo cantero se acerca a los 35, y los superiores le han tumbado cinco ideas para hacer nuevas esculturas, mejorar la eficiencia de la obra, conseguir mejores contratos de los transportistas de la piedra y otras ideas nuevas que se le habían ocurrido. Su familia prospera, ‘ma non troppo’. Conoce al 1º y desde hace unos días empieza a toser con dolor, aunque sea verano.

    – El primero es un aprendiz aún, le ilusiona lo que hace, y no puede hablar con los dos anteriores porque no levanta la mirada de su piedra, perdón, de su catedral.

    Poniendo las metáforas en un marco temporal, su moraleja puede cambiar, ¿no?

    ¿Y yo? Bueno, yo nunca habría sido cantero, mis manos son directamente de noble 😀

  10. La historia es una estupidez integral que demuestra hasta qué punto no solo el Sr. Marina es un reaccionario, sino también lo poco que sabe de historia del arte. No digo yo que esta sea una obligación de todos, pero quien intenta explicar el mundo de las ideas al público de hoy, debería conocer al menos cómo pensaban las gentes de otras épocas.

    En primer lugar un maestro cantero dedicado a la talla de la piedra para una catedral no habría podido expresarse como 1 ni como 2. Sí lo habría podido hacer el garrulo que acarreaba las piedras hasta la grúa. La construcción de templos en la Edad Media es una actividad vocacional, llevada a cabo por cuadrillas itinerantes a cargo de maestros que se tomaban muy en serio su trabajo. A veces se tomaban la licencia de ridiculizar a la competencia en escenas bíblicas, pero jamás habrían podido exteriorizar una queja como las que el Sr. Marina pone en su boca.

    Todos los tallistas de piedra de la Catedral de León -copia casi exacta de la de Chartres en Francia- habrían respondido sin excepción lo mismo que 3: estoy haciendo una Catedral.

    Marina es tonto: podría haber contado otra anédota mucho más interesante sobre catedrales. Cuando estaban terminadas era necesario ponerles campanas, y de eso se encargaban otras cuadrillas itinerantes que, después de montar el horno, decían a los vecinos: «esto, para que suene bien, debería llevar algunas monedas de plata y oro fundidas con el bronce».

    Entonces los buenos burgueses iban corriendo a sus casas y se estiraban con lo que podían, alhajas, arras, ahorrillos, etc. para que sus vecinos vieran que ellos contribuían como el que más al buen sonido de las campanas. El maestro campanero tomaba el oro y la plata y, a la vista de todo el mundo, lo arrojaba por una compuerta al interior de la masa de metal fundido.

    Después colocaban la campana y había que ver lo bien que sonaba. Más que la de la diócesis vecina, que eran unos pobretones o unos rácanos y no habían puesto oro ni plata. Los burgueses se hinchaban como pavos al pensar en ello.

    Entonces llegó la era moderna, y alguien inventó el espectrógrafo de masas. Se hicieron cientos de pruebas con metal arrancado de las campanas de Francia y Bélgica. Pero en ellas jamás apareció la menor traza de restos de oro ni de plata.

    Porque el metal precioso, amigos míos, caía por un doble fondo e iba a parar a la bolsa del maestro, que luego lo repartía entre su cuadrilla de fundidores. Pequeños e infames trucos del oficio.

    ¿Que si esto tiene relación con los tiempos presentes? Vosotr@s me diréis. El propio Marina es un hábil campanero. Nos está vendiendo trocitos de sabiduría que al final no son más que metal de basurero, como los artificios argumentales de aquel otro hijo de puta que escribe los libros de autoayuda de a dónde fue a parar el queso y otros temas igualmente ridículos.

  11. Las piedras, los tres la dejaron. Ahora ¿tu que te has llevado?
    ¿Insultos, dinero y orgullo? ¿sufrimiento, amor y alegría? ¿envidia, resignación y realización?
    Lo único que debe importarte es lo que tu te llevas cuando terminas.
    ¡Salud y buenos alimentos!

  12. Vaya… veo que el señor Marina levanta pasiones 😀

    @indarki: me apunto la idea para nirelandia. ¡Gracias!

    @mak: ya, claro… ¿Y si en el cuento de Caperucita resulta que el lobo sólo trataba de ayudar a la niña porque el cazador era un pedófilo…?

    @patxi: eso es vehemencia y lo demás tonterías 😉 Por cierto, me ha encantado la historia de las campanas (desconocía esa pillería). ¿Cuál es la del queso?

    @alycie: también importa lo que te llevas en el camino antes de terminar 😉

  13. Lo que le pasa a este cuento es que está pensado para profesiones liberales que las llaman pero se olvida que el 99% de la población solo pica piedra, no hace ni esculturas ni catedrales ni nada, sólo hace piedras para lo que sea.

    Si sustituimos canteros por escultores quizá el cuento tiene más sentido pero claro, entonces no vale para culpabilizar al currela que es otro de sus objetivos.

  14. El queso: hay algunos libros (que no he tenido el honor de leer, por cierto), que llevan títulos del estilo: «¿Dónde está mi queso?», «El ratón que había perdido su queso», etc., que hace un par de años hicieron furor. El mensaje era que en tiempos de crisis había que abandonar viejos hábitos e innovar, es decir, irse a buscar el queso a otra parte.

    Suerte en lo de Madrid.

  15. suerte los canteros de la catedral, ¿qué pasa con los que están picando en el mausoleo del tirano?

  16. Alla por los años 80, nos contaron a los que ya peinamos alguna cana, en relación a los equipos de mejora que habian tenido mucho exito en Japón y que -en teoría; formaban parte del milagro economico japones estos mitos «sociologicos» que he correspondido con la history de los canteros:

    El segundo cantero, se corresponde con el mito del «hombre X» – aquel que hacia lo que le mandaran sin discusion, aquel que trabajaba por necesidad primaria de conseguir dinero para alimento, vestido o techo – para el o su familia. Necesidades animales primarias.

    El primer cantero se corresponde con el «hombre Y» , aquel que pica y construye bloques de piedra, disgustado, pero con la ambición algún dia de ser capataz. El que trabaja descontento pero aun le queda dentro de su conformismo la remota posibilidad- incentivo; de ocupar una rama mas alta del arbol de la jerarquia , como los monos. Necesidades animales «superiores».

    El tercer cantero se corresponde al «hombre Z» . El hombre satisfecho, por que realizando su tarea se siente realizado.
    El que trabaja en equipo . El que está integrado en «su» empresa y es feliz con ese sentimioento de pertenencia y considera que el trabajo le dignifica.

    Mi pensamiento sobre este particular discurre de la siguiente forma:

    El trabajo es eso, trabajo, trabajosos y duro. Si no no es tanto trabajo como Hobbie que puede ser rentabilizado, por ejemplo. ese trabajo desagradable, duro, repetitivo tedioso, tiene que ser realizado por alguien, ya que es necesario para la humanidad.

    Durante más de 20.000 años, los sapiens de las ramas mas altas, han necesitado de argumentos para que «ese» trabajo lo hicieran los sapiens que ocupan las ramas mas bajas. Y esto se ha justificado de muchas maneras. En el principio por el poder y la autoridad. En los veinte siglos d.C ha sido la religión, el estado autoritario y el «contrato social» .

    La religión fue el opio «espiritual» del pueblo y las Leyes argumentaban que unos pueden disfrutar las rentas del capital y otros – pobres diablos, las rentas del trabajo (Con la crisis ya ni eso).

    Desde el siglo XIX se apodera del mundo Capitalismo (incluiyendo el capitalismo de Estado) y es este capitalismo y sus consecuencias (consumismo, perdida de valores, consumo de drogas) lo que se convierte en el opio actual de la aldea global.

    ¿A quien le importa entonces en este escenario derribar las estructuras que bloquean el progreso Moral?
    A pocos les interesa innovar el Orden Social. Es mas sencillo argumentar que la causa del descontento es la falta de ambicion para seguir trepando ese arbol de la jerarquia/poder/dinero que nos iguala a los simios.

    Estamos esperando que en algún pais se cree un nuevo modelo social y se mitifique y se adopte/adapte al resto.
    O sea esperando a imitar- de nuevo como los monos; a que alguien ser precursor de un nuebvo orden social.

    ¿Por que hablamos tanto de economia y tan poco de solidaridad?

    Utopia no es Quimera.

  17. encontre esta pagina buscando informacion sobre mi apellido porque mi familia se disperso mucho y queria volver atras, coincido con elias, yo soy canteros trabajo la escultura y tambien la madera, es un trabajo pesado y lo disfruto, pero si entiendo que esa fabula es para el sometimiento, a veces me decepciona saber que tambien el arte siempre lo fue, al menos el arte consagrado por la elite. no se depriman pero sigan pensando…

  18. ¡Cuánta amargura en algunas respuestas! ¿Hay que insultar a un filósofo para no estar de acuerdo? Tenéis ideas del siglo XIX con las que no podríais dirigir más que un Ministerio, y con suerte. La gente trabaja muy a disgusto si no está implicada en lo que hace, la mayoría necesitan reconocimiento, autonomía, no solo les vale un sueldo. Yo diría que en un entorno satisfactorio la gente está dispuesta a cobrar un poco menos, pero naturalmente me soltareis la falacia de que creamos ese entorno para pagar menos. No, ¿no conocéis gente que no cambia a un trabajo más remunerado porque le gusta el suyo? ¿Hacen mal? ¿Hace mal su empleador porque le paga menos? Chicos, poneros al día, el mundo ha cambiado.

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