Artículo publicado en la Revista Deusto Nº 106 (primavera 2010)
El P2P, YouTube, las descargas, … en definitiva, decir Internet en los pasillos de Hollywood es como mentar al diablo. Y es que una de las industrias más castigadas por la Red parece que empieza a ver de nuevo la luz con las técnicas 3D, que dicen moverán de nuevo a las masas a las salas de cine. Aún así, el negocio se resiente a pesar de que ya no se conciban estrategias comerciales sin un importante respaldo en la Web. ¿O más bien son los soportes los que están sufriendo…? El DVD se hunde mientras el Blue-ray nace ya muerto; los cines se vacían y entretanto las formas de consumo evolucionan a una velocidad vertiginosa.
Pero no todo lo que reside en Internet supone un problema para el mundo del celuloide. También existen sitios web con información interesante para los cinéfilos. IMDb (Internet Movie Database) es el máximo exponente en este sentido. Se trata de una base de datos inmensa que recoge información de películas, actores, directores, bandas sonoras, series, etc… relacionando todos los datos entre sí. El acceso es abierto aunque posee una versión de pago que recoge más datos de la industria. El uso más curioso de esta información lo hace una página de la Universidad de Virginia que trata de demostrar la teoría de los seis grados de separación usando como referente a uno de los actores secundarios más trabajadores: Kevin Bacon. El Oráculo de Bacon es una plataforma en la que podremos enlazar a cualquier actor o actriz con Kevin Bacon en menos de seis pasos.
IMDb fue una de las primeras páginas dedicada al cine que nació en los albores de la Web a través de un grupo de Usenet “rec.arts.movies” (1990). En 1998, Jeff Bezos, el fundador de Amazon, adquirió la plataforma vislumbrando las posibilidades que presentaba de cara a vender productos relacionados con el cine. De hecho, esta gran plataforma de venta on-line no se ha centrado exclusivamente en el mundo del libro y ha sacado servicios como Amazon Unbox: venta y alquiler de películas y capítulos de televisión bajo demanda, con un catálogo impresionante y con acuerdos comerciales con fabricantes de televisores que incluyen ya este canal de streaming en el propio dispositivo.
Mucho de cierto tiene el dicho de que si no puedes con tu enemigo, únete a él. Así que, poco a poco, también afloran alternativas en la Red (aunque casi todas en EEUU) que ofrecen nuevos modelos de negocio rentables en este medio. Los videoclubes tienen su presencia on-line gracias a Netflix. Con una tarifa plana no muy cara, se pueden ver películas en streaming directamente en nuestro navegador, sin tener que bajarlas, ahorrándonos tiempo y espacio en disco. Su punto fuerte está en un algoritmo de recomendaciones que hace que las películas más visualizadas curiosamente no estén siendo los éxitos de las salas de cines, sino otros metrajes menos conocidos.
El todopoderoso Google no podía dejar escapar otro terreno más a conquistar y ha entrado en competencia directa con Netflix mediante YouTube, arrancando una experiencia de alquiler de películas, también en EEUU, en colaboración con el Festival de cine de Sundance. Y es que el cine independiente es la semilla germinal del uso de Internet: una forma ideal de quitarse intermediarios y llegar a grandes audiencias a pesar de no copar los circuitos comerciales convencionales.
Que el tío Oscar no se enfade conmigo… pero a pesar de que muchos se empeñen en mostrar a Internet como uno de los principales males del cine, quizás parte de culpa también resida en la cada vez más limitada originalidad de los guiones, los mil y un remakes que inundan nuestras pantallas, la más que discutible calidad de algunas cintas, el precio del cine, … Veremos si Avatares y técnicas 3D devuelven el esplendor perdido de Hollywood o si, por lo contrario, algunos siguen entonando una adaptación de la memorable canción que interpretara en su día Rita Hayworth en Gilda: “Put the blame on… Internet”.
Lo del 3D, en según qué pelis, es para pegar fuego a actores, director, productor y sala de cine. Porque, como dices, lo están vendiendo como la revolución técnica que evitará la piratería. Y al final, lo que hacen es inflar artificialmente el precio por un producto que no lo merece. A mi me han cazado con «furia de titanes» una vez. Y no más.
Hola:
Por lo que sé del tema, la asistencia a las salas no ha caído. Está estancada, pero ahora vuelve a subir. El reclamo del 3D funciona de momento 🙂 Lo que sí ha bajado es la venta y el alquiler de soportes. Esto sucede en prácticamente todo el mundo, no sólo en España. Y por supuesto, el cine español tiene que luchar con muchos problemas (el último de ellos es el P2P).
Hay algunos portales en España que han nacido al ver el éxito de Netflix o Hulu, aunque parece que no terminan de despegar.
Espero hablar de todo esto en mi blog dentro de poco, que últimamente ando cortito de tiempo 🙂
Saludos
@may: efectivamente están jugando sucio con el 3D. Ruedan en 2D, y luego hacen la «versión-saca-perras»… El problema es enterarse cuáles están realmente preparadas desde la grabación.
@tahur: estaré a la espera de ese post 🙂
¿Dónde estarán ahora las ideas?
Quizás haya que volver a la frescura de la artesanía y del trabajo en pequeño