El pasado miércoles estuve dando la enésima charla sobre identidad digital (si ya has visto alguna presentación mía, no aporto mucha novedad ;-)) dentro de los Wednesday Meetings que organiza la Universidad de Deusto.
Aprovechándome del excelente resumen que ha hecho Cristina Fernández para el blog del Colegio Vasco de Economistas, yo me limito a contaros una de los apartados de la charla: llevar al absurdo nuestra participación en la Web. Y es que en ocasiones parece que si no trasponemos al mundo off-line las actitudes que tomamos en Internet, no se nos saltan los colores.
Seleccionando las mejores y más míticas frases de madre, iniciemos el análisis ;-):
- No hables con extraños. Te subes a un medio de transporte público y ves como se produce el «efecto aceite«: según van entrando las personas, se sientan lo más separas posible de las que ya están dentro. Sin embargo, en Internet nos lanzamos a hablar con cualquiera. Curioso, ¿no?
- No abras la puerta a nadie (ni dejes las llaves de tu casa ;-)). Qué poco apego tenemos a veces por las llaves digitales de nuestra identidad: las contraseñas. Siempre que en una charla pregunto cuántos de los asistentes tienen la misma contraseña para todos los servicios, más de la mitad levantan la mano (y estoy convencida que otro porcentaje alto no lo hace por vergüenza). Imaginaros ahora que yo soy una persona maligna que monta una red social sólo con el ánimo de recabar la dirección de correo y contraseña de los participantes… ¿Usarías la misma llave tanto para la taquilla del gimnasio como para tu casa? Curioso, ¿no?
- Sé educado. Exceptuando recintos deportivos, es raro encontrarse con personas que insultan a todo aquel con el que se cruzan. Pues ahora pasaros por las noticias de cualquier medio digital. Los trolls allí se retroalimentan unos a otros. Curioso, ¿no?
- Contesta cuando te pregunten. Si te hago una pregunta, aunque no conozcas la respuesta, lo normal es que me respondas, ¿no? ¿Y por qué tanta gente da la callada por respuesta en los blogs, el correo electrónico, las redes sociales, …? Curioso, ¿no?
- No robes. Cuando estás en el supermercado, ¿se te pasa por la cabeza coger algo si no tiene precio? ¿Y por qué en Internet cuando tenemos que buscar una imagen nos lanzamos a Google Images para usarla luego sin saber quién es el dueño? Curioso, ¿no?
Pues cada día que pasa es menos curiosa la inmadurez que demostramos en algunas participaciones, signo inequívoco de que la Red aún no es un terreno en el que nos movamos con plena naturalidad y donde nos queda mucho por explorar y experimentar. Experimentemos entonces, pero poniendo un poco de cabeza de vez en cuando ;-).
Y para finalizar este post, me viene que ni pintado el vídeo de Douglas Rushkoff presentando su libro Program or Be Programmed:
Mmm, yo cambiaría la última porque comparar la utilización indebida de imágenes ajenas con el robo te hace parecer amiga íntima de Teddy Bautista y sus secuaces 🙂
Magistral. Te agradezco que compartas esto, pues me has dado algunas ideas para mis conferencias.
Con tu artículo me han venido a la cabeza ciertas situaciones, y otros tantos temas relacionados con la vida digital.
En primer lugar, aquella guía de buenos modales en la red. Especialmente con el correo electrónico. Responder, aunque sea algo insustancial. «¡Hey! Estoy aquí, he recibido tu correo».
Y otra, respecto a la privacidad: los perfiles de Tuenti. Yo en Tuenti borro incluso gente conocida: no son amigos íntimos, yo no dejo a un conocido de vista que venga a casa a fisgar en mis álbumes de fotos, y no pongo un post-it sobre cada cara con nombres, apellidos y datos personales de especial relevancia. Especifico Tuenti porque en Facebook se puede cerrar con llave el contenido según a qué personas.
Hace poco, además, Sergio Monge nos hizo recapacitar a algunos de sus alumnos tuiteros sobre la importancia de cuidar la apariencia digital en estos tiempos, y más cuando todo se guarda.
Para que luego la gente se extrañe cuando me aburro y me pongo a hablar con viejecitos en el autobús
Lo de «No robes» me parece excesivo. Además, no sería en ningún caso robar ya que cualquier otra persona que quiera verlo, copiarlo o tenerlo, podría hacerlo, es decir, no lo coges o copias para quedartelo tú únicamente. En todo caso podemos hablar de plagio pero no de robo, aunque tampoco cabe lo de plagio ya que nadie pretende con la «copia» hacerse pasar por el autor, esa es mi opinión.
@pablo e @itziar: es curioso que cuando hablamos de propiedad intelectual salga la SGAE a relucir, cuando sólo se encarga de la gestión de los derechos de autor de artistas del mundo de la música ;-). Todos los ejemplos están llevados al absurdo. Por tanto, no debe ser entendido que coger una foto de Internet y usarla en una presentación es igual de grave que robar un langostino en la zona de congelados del super ;-). Ahora bien, por mucho que yo sea una fiel defensora de licencias tipo CC, respeto a la gente que decide poner su material bajo Copyright. Y eso implica ni más ni menos que TODOS los derechos reservados. Por tanto, el autor/a te está explicitando que NO puedes usar ese material sin su consentimiento. Y esto tampoco tiene nada que ver con la copa privada (ahí nos estamos yendo de nuevo a los cerros de Úbeda del mundo musical ;-)).
@eugenio: un placer 😉
@iñigo: genial el ejemplo de Tuenti. Me ha encantado.
@javi: :-D. Entonces eres consecuente en el mundo off-line y on-line. A mí me sucede lo contrario en el tren.
También está lo del robo legal, quienes se quedan con tus contenidos cuando se aceptan sus clausulas.
Por otra parte, quién no ha hecho o ha deseado hacer lo típico de abrir un paquete de Donetes y comerse dos. O el robo como reivindicación político-estética tipo YOMANGO. Vamos, que sólo se puede robar a quien algo posee.
@loretahur, es que no creo que los otros 4 ejemplos estén llevados al absurdo, para mí son metáforas bastante razonables, por eso me chirría el último.
Por otro lado, es normal que cuando se habla de PI salga a relucir la SGAE, ninguna otra asociación es tan extremista, chapucera y mediática a la vez así que sirve de ejemplo perfecto. Pero casi lo mismo podríamos decir de CEDRO (a la que no le faltan condenas por inducción al delito al enviar detectives a copisterías para fotocopiar libros) o la BSA (que también envía compradores misteriosos a tiendas para comprar un PC pidiendo que le metan el windows y el office).
Buenas tardes Lorena y a todos,
la verdad es que está muy bien lo de la SGAE, la licencia tipo CC e incluso por qué no, el material presentado bajo Copyright. Sin embargo, no le veo mucha relación. Estoy de acuerdo con Pablo en que los primeros 4 ejemplos no se acerquen en nada a lo absurdo, más bien creo que son ejemplos bastante lógicos y tradicionales (las mejores y míticas frases de madre, como tú bien nos recuerdas) diría yo, pero el 5º es el incumplimiento del septimo mandamiento, y algo exagerado, teniendo en cuenta que robar es quitarle a alguien lo suyo. Sigo pensando que el enseñar la foto de otro autor, que por otra parte la pone a nuestra disposición, no solo para mirarla y disfrutar de ella sino no se podría copiar, no es ningún robo. Tal vez se podría pensar que lo es, si además de enseñarla y por ello, se obtuviesen algunos beneficios «pecuniarios».. aunque aún así también tengo dudas. Opino que sería robo, si yo crease una foto parecida o casi igual y la utilizase con los mismos fines que el autor de la original, haciendo creer que soy él, entonces, igual si pensaría que es un intento de «robo» o «copia», aunque también tengo dudas.
Hacer fotocopias de un libro supone un perjuicio para el autor, no me parece que haya dudas. Incluso, que ten introduzcan windows y office sin licencia o sin comprarlo, ya estás obteniendo un beneficio y restandoselo al autor. Pero enseñar una foto del autor, ni uno ni otro, gana ni pierde nada, creo yo.
Se puede ser libre y responsable a la vez pero te puede pasar factura igual ¿No? Por ejemplo, todavía queda gente que le pregunta a las mujeres en las entrevistas de trabajo si tienen novio o piensan tener hijos. Hacer un comentario sobre esto porque tú no lo consideras como algo que debería ser tenido en cuenta para elegirte o no para un trabajo te puede costar un puesto.
Y todos sabemos que todo el mundo puede tener una opinión política; sin embargo, todos sabemos que hay cierta gente que te puede hacer la vida imposible por ejercer tu derecho a tener una opinión por muy responsable que seas al expresarla… Así que al final hay más cosas de las que parece que pueden jugar en tu contra y en este caso no me parece aplicable el: «Si se une toda la información no clasificada, muchas veces emergerá algo que debería estar clasificado». Porque teóricamente todos tenemos derecho a tener una opinión y debería ser respetada pero hay gente que no tiene los mismos «valores» que nosotros y todo eso del respeto le da igual.
No sé si me explico. Lo que quiero decir es que al final, lo que deberías contar o no; no es tan obvio y eso complica mucho más qué hacer público o qué no (creo).
¿Qué opinas? 🙂
@ricardo: eres un anti-sistema ;-). Con lo de abrir el paquete de Donetes, me has recordado a la antigua sección que había de gominolas en el Bilbondo. Todo quisqui se iba al supermercado a ponerse las botas. De hecho, se llenaban bolsas y luego se las comían mientras hacían el resto de la compra. Resultado: terminaron quitando esa zona. Está claro que sólo se puede robar a quien algo posee pero no a todos es justificable. Como tú bien dices, el movimiento YOMANGO no buscaba el hacerse con bienes, sino reivindicar algo. El copyright en Internet se podría trabajar más desde la perspectiva de la formación y sensibilización que desde la reivindicación. Mucha gente sube sus fotos y publica sus blogs sin saber que cuando omiten la licencia, por defecto va al saco del copyright. Mucha gente desconoce las posibilidades que ofrece un copyleft, un CC o un dominio público.
@pablo: de acuerdo en que ninguna otra asociación es tan mediática (alguien debería matar al que lleva el departamento de Comunicación & Marketing de la SGAE ;-)), pero también es cierto que el resto las mata callando. ¿Qué te voy a contar yo a ti sobre el canon de CEDRO sobre las fotocopiadoras? ¿Acaso no funciona con el mismo principio de culpabilidad que el canon musical? Prefiero a los chapuceros mediáticos que a los conspiradores en la sombra.
@itziar: creo que el ejemplo que usas lo expones desde una óptica muy inocente. Me explico: cuando alguien decide usar una imagen en una presentación o un folleto no es con la idea de que el resto del mundo sea consciente que es de otra persona, sino con la idea de que eso está hecho por uno mismo. No me gusta generalizar… No siempre será así… Pero lo que está claro es que si yo he subido una foto a Flickr y le he puesto una gran «C» de copyright, ya te estoy diciendo que no quiero que uses esa foto en ninguna parte. Sí, la he puesto en un escaparate en Internet, pero eso no quiere decir que te dé el permiso para que entres al escaparate, la cojas y la exhibas luego en tu casa. Dará igual el uso que le des. Ya te estás saltando las reglas que ha impuesto el autor. Además, en el ejemplo he puesto las fotos, pero si cambias fotos por audios, vídeos o texto, la cosa no varía. Por tanto, ¿por que te parece un perjuicio hacer fotocopias de un libro y no te lo parece hacer copias de un texto o de una fotografía en internet?
Reitero que con esto no estoy defendiendo el Copyright (yo misma libero todo con CC), pero sí respetando a los que hacen uso de esta licencia. Por cierto, no todos los beneficios a veces son monetarios 😉
@natalia: todos los casos que me expones se dan en la vida off-line (no es un mal endémico de Internet). Si alguien no quiere contratarte porque estás casada y con posibilidades de quedarte embarazada, da igual si lo encuentra en tu red social o te lo pregunta directamente en una entrevista de trabajo. En este aspecto, yo lo tengo claro: la que no quiere trabajar en un puesto en el que no se tolerará mi forma de pensar, mis condiciones sociales, etc. SOY YO. Prefiero que no me contraten a que luego me lleve el chasco.
Me lo estoy pasando genial con los comentarios de este post. ¡Gracias a todos/as por participar en el debate!
Lorena, me has convencido y efectivamente no todos son monetarios.
La falta de urbanidad en la red no debería sorprender a nadie, ya que es consustancial a la naturaleza de este medio. Existen tres grandes ámbitos de comunicación y conducta. Uno de ellos la propia intimidad en la que no existe feedback para el ajuste. Estando solos podemos hacer lo que queramos, y como nadie puede mirar en el interior de nuestra mente -por ahora- hay allá cancha libre para las más salvajes fantasías, incluso las de naturaleza claramente criminal. El otro extremo lo constituye la vida en sociedad, donde se está expuesto a la censura pública y todo tipo de mecanismos represivos. Por ello somos políticamente correctos y jamás meamos fuera del tiesto. Los individuos que sí lo hacen son condenados al ostracismo o metidos en instituciones especiales.
La identidad digital y la red constituyen una zona de transición. Allí la gente no interacciona directamente, sino a través de pantallas de ordenador, redes y nicks. La expresión en este medio adquiere a veces tintes aberrantes. No tanto como en la intimidad o en un cuadro de Dalí pero sí hasta el punto de parecernos todo bastante extraño comparado con el mundo real. Sospecho que todo esfuerzo que se haga para educar a las masas en Internet está condenado al fracaso. Las soluciones son de tipo individual y requieren un concienzudo entrenamiento de la mano izquierda.