Cartas desde Colombia: Que lo único que quede en el olvido sea la indiferencia

Cuando leí esta frase al entrar al CINEP (Centro de Investigación y Educación Popular) en Bogotá, supe que sería el título de este primer post. Memoria como contraposición a olvido. Compromiso frente a indiferencia. Paz, convivencia, reconciliación… Éstas y muchas otras palabras se repiten ahora de manera constante en Colombia. Están en un momento histórico, que viven con una mezcla de pesimismo y esperanza. Tanto es así que tras la firma del acuerdo de la Habana, por aquí no se habla de post-conflicto sino de post-acuerdo porque aún queda mucho camino que recorrer para la construcción de la paz. Camino además que es frágil e incierto. Si tuviera que explicar de una manera sencilla el sentir, diría que es como cuando tienes una taza de tinto en tus manos (así se denomina aquí al café negro) y te entran ganas de estornudar. No sabes si podrás contener ese estornudo o se te caerá esa taza, rompiéndose en mil pedazos. Y es que el conflicto es mucho más complejo que lo que recibimos a través de los medios de comunicación, donde nos dan la información justa para surfear y no para poder bucear. Así que ocho personas que trabajamos en la Universidad de Deusto, acompañadas por la ONGd ALBOAN, nos hemos venido un mes a Colombia para zambullirnos en su realidad. Los primeros días los hemos pasado por Bogotá para que nos den esas botellas de oxígeno necesarias para profundizar. Aquí nos han recibido en el CINEP (Centro de Investigación y Educación Popular), que participa ahora en la secretaría técnica del seguimiento del proceso de paz; el Servicio Jesuita a Refugiados (América Latina y Colombia) cuyo lema es «acompañar, servir y defender»; Fe y Alegría, movimiento de Educación Popular Integral y Promoción Social que desde 1971 llega donde se acaba el asfalto; y la Universidad Javeriana, que está trabajando en una ciencia con conciencia.

Tras eso, y por parejas, nos hemos ido a diferentes destinos y proyectos. A mi pareja y a mí nos ha tocado el Servicio Jesuita a Refugiados de Buenaventura (pero esto ya llegará en otro post).

Por poner un poco de contexto histórico, dejo por aquí en resumen del conflicto armado de más de 50 años resumido en tan solo 3 minutos:

Algunas claves que vamos aprehendiendo:

  • Todo gira en torno a las tierras. Tierras a las que no llega el Estado para cumplir su función, dejando sin acceso a los servicios públicos básicos a mucha ciudadanía. Tierras que guerrillas y paramilitares arrebatan a sus legítimos dueños. Tierras que son cultivos de uso ilícito. Tierras que con el paso del tiempo, se han ido concentrando en muy pocas manos (el 60% del campesinado no es dueño de sus tierras). Tierras ricas en recursos naturales (odio la palabra recurso porque la Naturaleza no es precisamente un recurso, sino que formamos parte de ella, aunque se nos olvide…) que hacen que la explotación minera, maderera o de hidrocarburos por parte de empresas transnacionales o bien de manera ilegal, sea también clave en el conflicto puesto que se sigue empleando la violencia y desplazando al pueblo colombiano para lograrlo (la paradoja de a mayor riqueza, mayor pobreza). Los grupos armados han convertido a la población campesina y a sus tierras en botín de guerra.
  • El acuerdo de paz se ha firmado únicamente con un actor, las FARC, pero el conflicto tiene muchos más protagonistas que por ahora se han quedado fuera. De hecho, tras la entrega de las armas por parte de las FARC, muchas zonas donde la guerrilla había creado un estado paralelo porque precisamente el Estado no estaba presente, se han visto copadas ahora por otros actores armados como la guerrilla ELN (Ejército de Liberación Nacional), los paramilitares o insurgentes de las FARC. La guerra es una gran losa que había tapado numerosos conflictos y cuando cesa, estos emergen. Por ejemplo, tras la firma del acuerdo, más de 120 líderes y lideresas sociales han sido asesinadas por motivos políticos, ambientales, etc.
  • Esto nos lleva a que Colombia es uno de los países con mayor número de personas desplazadas internamente de manera forzosa. Personas y familias enteras que han tenido que huir de sus hogares y moverse no una, sino varias veces, convirtiéndose en auténticos nómadas. Ahora, se suma además un elemento novedoso para el país: la recepción de personas migrantes venezolanas.
  • La implementación del acuerdo de paz es mucho más difícil que el proceso de negociación, dado que toca promover la reintegración de personas que no han conocido otra forma de vida que la guerrilla, la reparación de las víctimas tanto de la violencia directa como la violencia estructural y simbólica, y a la vez juntar víctimas y victimarios de todos los bandos en un proceso de reconciliación complejo pero necesario. Y es que la paz no es la ausencia de conflictos, sino la superación de violencias en medio de ellos. Hacer verdad y justicia.
  • En Colombia existe una gran diversidad tanto étnica, como cultural y social. La ciudadanía se divide en estratos. Los más pobres son estrato 1 y los más ricos 6. No es hasta la constitución de 1991 que Colombia se reconoce como un país pluriétnico y multicultural. Dato sorprendente teniendo en cuenta que hay 112 etnias. Esto nos da una idea de la situación actual de la comunidad afro y la comunidad indígena.

Por ahora, estas son las primeras pinceladas que nos han interpelado: la dolorosa realidad del desplazamiento forzoso, la dificultad de la implementación del acuerdo de paz y el reto de la reconciliación para sanar las heridas del conflicto y reconstruir los vínculos en una sociedad polarizada. Seguiremos narrando nuestra experiencia desde Colombia con ilusión, porque como bien decía un colombiano universal (Gabo), la ilusión no se come pero alimenta.

Lorena Fernández Álvarez (@loretahur)

Ingeniera salsera. Actualmente, directora de comunicación digital de la Universidad de Deusto. Miembro del grupo experto de la Comisión Europea Gendered Innovations para analizar el impacto de no incorporar la perspectiva de género en la Inteligencia Artificial. Colabora en el programa de radio “Hoy por Hoy Bilbao” de la Cadena SER desde 2009 con una sección sobre nuevas tecnologías. Además, es jurado del premio Ada Byron a la mujer tecnóloga y mentora del proyecto Inspira STEAM, un proyecto que busca el fomento de la vocación científico-tecnológica entre las niñas. Ha creado junto a Pablo Garaizar e Iñigo Maestro el juego de mesa Nobel Run.

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