Con este título, muchas personas estaréis ahora pensando que he perdido la poca cordura que me quedaba. No lo descarto… pero al menos en esto dadme un voto de confianza y continuad con la lectura. Prometo enlazar ambas cosas. Si no lo consigo, os devolveré el dinero al finalizar el post.
Empezaré por las persianas, ese mágico invento que nunca me deja de sorprender que no haya sido adoptado por más países. Porque es subir hacia el norte y desaparecen como por arte de birlibirloque. Se podría decir que es porque aquí tenemos más horas de luz de media al año (entre 2.500 y 3.000, frente a las 1.600 de países como Reino Unido u Holanda), pero frío frío…. De hecho, lo maravilloso de este mecanismo es que tú decides si las subes o las bajas. Si quieres dormir como un oso en plena hibernación sin que medio rayo de luz te perturbe o, por lo contrario, te encanta ver amanecer desde la cama.
La cosa está más cerca de la tradición religiosa: en los países de mayoría protestante (calvinistas), vivir con la ventana despejada se considera un síntoma de no tener nada que esconder, de transparencia. Se espera ejemplaridad en público y en privado. De hecho, hasta echar las cortinas era considerado algo negativo porque no se aceptaba una doble vida y esto significaba que algo tenías que ocultar.
Y es aquí donde enlazamos con las redes sociales. En mi opinión, su mayor conquista ha sido conseguir que pensemos precisamente eso: que no tenemos nada que ocultar. El razonamiento de la extimidad se sustenta en este principio para justificar la tolerancia de la invasión en nuestra privacidad. Pareciera que las persianas (privacidad) únicamente existen para aquellas personas que tienen algo (negativo) que esconder.
Así que no me canso de poner esta frase que encontré ya hace muchos años: «No tengo nada que ocultar, pero sí mucho que proteger». Pongamos persianas a nuestros hogares (analógicos y digitales), ahora que aún podemos.
A mí personalmente me ha parecido un gran post y que llevas mucha razón. No todos queremos esa invasión en nuestra vida privada y no por ello estamos ocultando algo. En estos tiempos se a generalizado mucho postear todo lo que haces en cada momento y no vemos los peligros de ello. Deberíamos ser actuar con mucha más cautela.