Geolocalizando el Universo

Artículo publicado en la Revista Deusto Nº 98 (primavera 2008)

universoMuchas preguntas transcendentales nos asaltan a lo largo de nuestra vida: ¿Adónde vamos? ¿De dónde venimos? Quizás nunca seamos capaces de darles respuesta, pero lo que sí podemos saber con exactitud en la actualidad es en qué punto nos encontramos.

Y es que la irrupción del GPS (Global Positioning System) en nuestro día a día ha modificado también los hábitos en Internet. Numerosas han sido las herramientas que han nacido amparadas por las coordenadas de los satélites. La más conocida quizás sea Google Maps, que tanto con su programa para ordenador (Google Earth) como con su versión on-line, ha logrado que volemos de un continente a otro a golpe de ratón. Gracias a este servicio podremos buscar nuestro pueblo, ver edificios curiosos, trazar rutas, etc… Además de la visión satélite, nos permite callejear como lo hacíamos con las ya desfasadas páginas amarillas, usando la vista en forma de mapa. O si lo que preferimos es buscar como si de un atlas se tratase, disponemos de la vista terreno. Incluso podremos conocer la previsión meteorológica al detalle de un determinado lugar gracias al acuerdo llegado recientemente por Google Maps con The Weather Channel.

Muchas son las anécdotas y curiosidades que acompañan a esta aplicación: desde un error (o broma) que hacía que, para viajar de Bilbao a Nueva York, nos recomendase cruzar el Atlántico a nado, a las imágenes de una mujer desnuda tomando el sol en su azotea que fue inmortalizada por un satélite. Y es que no todas son ventajas. También se presentan importantes inconvenientes. El más acuciante es la privacidad (o más bien la falta de ella). Esto se ha puesto de manifiesto recientemente con la nueva opción de Street View, en la que se ofrece una nueva perspectiva similar a ir caminando físicamente por las calles. Para ello, varios coches de Google se pasean por diferentes ciudades tomando fotografías a través de un dispositivo insertado en el vehículo, que luego se colocan en el punto exacto del mapa en el que fueron tomadas. ¿Qué ocurre si apareces en esas imágenes sin tu consentimiento? También la seguridad preocupa ante tal nivel de detalle. De hecho, algunas áreas han sido oscurecidas por este motivo, como el Capitolio o la Casa Blanca de Estados Unidos.

A pesar de esto, el éxito del invento es incontestable y ha radicado en la preocupación por parte de Google en permitir que otras páginas web puedan hacer uso de sus mapas. De esta forma, podemos encontrar multitud de sitios que internamente funcionan con Google Maps, agregando una capa más de utilidad. Un ejemplo de estas webs son Tagzania, Nirudia, NireTV, la DGT, etc…

Desde Tagzania se nos incita a etiquetar el mundo. En este sitio web podremos añadir tags o etiquetas a localizaciones en el mapa. Se trata de una forma fácil y visual de documentar lugares y clasificarlos, surgiendo así territorios compartidos entre usuarios. Por ejemplo, podré crear un punto en Zaragoza y otro en Sevilla con el tag expo. De esta forma, si alguien busca las ciudades en las que se han celebrado exposiciones internacionales, encontrará un resultado de forma rápida gracias a la colaboración de todos los usuarios.

Nirudia y NireTV nos permiten posicionar fotografías y vídeos respectivamente. Así podremos ver imágenes de una ubicación en concreto o bien buscar vídeos que se hayan grabado en un determinado lugar.

Hasta las instituciones han caído rendidas ante las posibilidades que ofrece: la propia Dirección General de Tráfico nos informa de la meteorología e incidencias en carretera tirando de mapas. Otra aplicación curiosa que ha puesto a nuestra disposición la Diputación Foral de Gipuzkoa es B5M. En ella se trabaja con planos y ortofotos (fotografías aéreas) de toda la región. Una de las funcionalidades más interesante está en la fototeca, que nos brinda la posibilidad de consultar un histórico de fotografías capturadas desde 1954 para poder comprobar cómo ha ido evolucionando una determinada zona.

Al final, el mundo de los sistemas de navegación cuenta con un cuello de botella: pocos son los proveedores que nos ofrecen los datos actualizados de calles, carreteras, montes, ríos, etc… Tele Atlas, una empresa holandesa, es el generador principal. De su trabajo se surten aplicaciones como el conocido TomTom o el propio Google Maps. Por tanto, existe un control absoluto en una parte de la cadena. Para dejar de tener esta dependencia, hace unos años se creó OpenStreetMaps. Se trata de un proyecto colaborativo que persigue que sean los propios usuarios los que generen mapas libres. Sólo es necesario un dispositivo GPS, un pequeño programita para recoger los puntos y ganas de pasear. De esta forma, cualquiera puede mejorar los mapas de su ciudad, y poniéndolos en común, todos podremos hacer uso de ellos.

Como vemos, en este mundo de latitudes y longitudes, tres son los componentes que nos ayudan a situarnos: el hardware, el software y los datos. En la parte hardware podemos encontrar diferentes dispositivos: desde GPS a nuestros propios ordenadores. En la parte software se encuentran los programas que interpretan los datos y nos los muestran de una manera amigable (TomTom, Google Maps, etc…). Y por último, pero no por ello menos importante (al contrario), están los datos. Si todos generásemos los puntos de nuestra calle, tendríamos unos mapas más precisos y a disposición de cualquiera. Por tanto, para no estar en manos de una única empresa, geolocalicemos el mundo… y dentro de poco el Universo 😉

Artículo en formato pdf [120 Kb]

Lorena Fernández Álvarez (@loretahur)

Ingeniera salsera. Actualmente, directora de comunicación digital de la Universidad de Deusto. Miembro del grupo experto de la Comisión Europea Gendered Innovations para analizar el impacto de no incorporar la perspectiva de género en la Inteligencia Artificial. Colabora en el programa de radio “Hoy por Hoy Bilbao” de la Cadena SER desde 2009 con una sección sobre nuevas tecnologías. Además, es jurado del premio Ada Byron a la mujer tecnóloga y mentora del proyecto Inspira STEAM, un proyecto que busca el fomento de la vocación científico-tecnológica entre las niñas. Ha creado junto a Pablo Garaizar e Iñigo Maestro el juego de mesa Nobel Run.

3 thoughts on “Geolocalizando el Universo

  1. Para geolocalizar alguien tiene que haber estado allí, ¿no? ¿Me dejas ser un físico recalcitrante respecto de la última frase del artículo? :-))

    (Muy bueno, por lo demás).

  2. ¿Y dódne está LOretahurt?
    Bonísimo artículo, nn, he aprendido mucho más. Somos los recalcitrantes.. 🙂

    Para lo demás, quédate con Voltaire «Donde esté yo está el paraíso»

    MBt

  3. @mak: dado que la RAE no contempla aún la palabra geolocalizar, me voy a quedar con localizar: Averiguar el lugar en que se halla alguien o algo. No dice nada de que se tenga que tener conocimiento previo del lugar 😛

    @antón: yo ando por las nubes 😉

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