Los nativos digitales (ponles ese apellido o el que más te guste: generación Y, generación IM, millennials,… ) están llegando (yo no me voy a poner a establecer un estúpido límite de quiénes lo son y quiénes no) y pensamos que todo cambiará. Su estilo de vida viene marcado por unas 10 horas/semana en internet, 30 minutos de móvil/día, entre 6 y 10 SMS/día, … Nacieron rodeados de tecnología, ¿pero realmente la saben utilizar?
Tengo una cosa clara: la tecnofobia disminuirá, porque en la mayoría de los casos, a parte de la falta de motivación, no se trata más que de una reacción de lo más humana: miedo a lo desconocido. Y esa es la única ventaja que traerán las nuevas generaciones: la tecnología amortizada y asimilada y con 0 complejos ante las herramientas. Pero que esto no nos lleve a pensar que serán maestros de las TIC’s. Los habrá más diestros y menos diestros, como hasta ahora. Pero TODOS necesitarán de formación. ¡Pero si están todo el día en Tuenti y Facebook! me diréis. Ya, pero el resto de herramientas de la Red son invisibles para ellos o usan un 10% de sus capacidades. Si pensamos que ya no es necesario formarles, no es que no avancemos sino que daremos tres pasos hacia atrás.
De hecho, se presenta un nuevo reto ante nuestras narices: mostrarles que lo que hoy, con 15 años, hagan en la Red, quedará grabado a fuego hasta que mueran (suena a exageración, pero es que una es de Bilbao 😉 ). Si a nosotros nos avergüenza ver una foto de nuestros años mozos (foto que tenemos perfectamente aislada del espectro público en nuestro álbum de casa), imaginaos lo que supondrá cargar con ella para siempre. La baba de caracol que dejamos por Internet se extiende a diestro y siniestro. Creemos tenerla controlada, pero nunca más lejos de la realidad. Ya no depende exclusivamente de nosotros, desde que hemos cambiado nuestro rol privado por el de personaje público. Como proponía Txipi en su explicación de la Redes Sociales, igual lo que necesitamos es una nueva asignatura: Educación para la Ciudadanía… Digital.
Hola,
totalmente de acuerdo contigo. Y aún añadiría más:
no veo a las nuevas generaciones…digitales, capacitadas aún para poder encontrar en Internet la información apropiada y adecuada a sus necesidades del día a día, y más aún cuando entren en el mundo laboral.
Este comentario no es por soberbia, ni mucho menos, pues también estoy contigo en que es necesaria una formación ya. Y lo bueno, y eso si que nadie puede negarlo, es que para recibir esa formación están mejor preparados que los que somos «inmigrantes digitales», pues se dará en su medio «natural».
Saludos
Hace 10 años hice un curso de unix (una mezcla de linux y solaris) y una cosa curiosa es que los «nativos», chavales que se habían criado con el pc en casa eran bastante más torpes a la hora de asimilar conceptos que los que empezamos con el spectrum o con montando los primeros microprocesadores a golpe de estañador.
Es lógico por otra parte, aquellos que tuvimos que aprender a pensar en binario y a programar en ensamblador quizá seamos más abiertos que los que ya lo tienen todo hecho y para los cuales la tecnología es algo transparente y una extensión más de sus vidas.
¿Que es mejor? pues cada cual lo valorará como le parezca, a mi me parece mejor que los nativos digitales no se tengan que preguntar el como si no el que consiguen con la tecnología, y que sean los curiosos los que indaguen, como toda la vida.
Lorena:
1. Suena a oica exageración porque ¡reconócelo! eres de cerca de Bilbao, pero no del CENTRO CENTRO.
2. Aunque tú no pongas límites a quiénes son y quiénes no son ya habrá con el tiempo, breve, interesados en clasificarnos. Problema: se hará sobre lo cuantitativo y ahí empezará el lío y volverán a aparecer las ‘galaxias’ excluyentes. Tiempo al tiempo. Bueno quizás esto sea más exagerado pero es que yo sí soy del centro de Bilbao 🙂
Pena de no haber sacado una foto de mi hija cuando le propuse como posible alternativa estudiar su carrera universitaria de grado en un modelo b-learning 😉
Hace un par de días, la hija de unos amigos, de 17 años, me estaba enseñando fotos en Tuenti. Le pregunté si era consciente de que eso lo podía ver alguien con mala baba y utilizarlo en su contra. Puso cara de alucinada. Miré la privacidad que venía por defecto, y resulta que pueden ver todo lo que hago «mis amigos y los amigos de mis amigos». El abanico es amplio; no controlo quién ve mis fotos y comentarios. Le dije que a ver qué pasaría si alguien cogiera las fotos en que sale con su exnovio y las utilizara para hacerle la puñeta. O si alguien le enseñara las fotos a sus padres (no soy tan mala como para hacerlo, que conste!) Su respuesta fue «nunca lo había pensado!». De todos modos, no creo que le haya convencido. Ya sabéis, los adolescentes piensan que están de vuelta de todo.
@Rafael: efectivamente la clave será aprender a encontrar la información de interés dentro de la infoxicación que nos atolondra ya ahora.
@Arturios: las nuevas herramientas que invaden la manida «web 2.0» han hecho que nos abstraigamos mucho de las tripas de la bestia. Pero eso es positivo siempre y cuando conozcamos de primera mano qué es lo que esa bestia nos permite hacer, y sobre todo, que mantengamos la suficiente imaginación para ver nuevas funcionalidades y aplicaciones de esa bestia.
@Txetxu: chavalín, yo nací en el mismito centro de Bilbao (Basurto) y paso más de un tercio de mi día a día en el otro centro (la Universidad de Deusto) 😉
@Iñaki: es que tu hija tiene un padre muy friki 😛
@Lazirbi: ese es el problema: el «nunca lo había pensado»; y esa es nuestra labor: abrirles los ojos antes de que sea demasiado tarde. Pero no hacerlo prohibiéndoles cosas o legislando, sino con mucho sentido común y formación.
Hasta ahora, esos nativos digitales van a la superficie de las tecnologías. Les ves usarlas y alucinas en colores, porque tienen destreza, pero también porque lo hacen con inconscdiencia. Lo de las fotos del tuenti que se comenta por ahí…