Esta fue la primera de las presentaciones que hice el sábado en la I jornada Ciudades, Ciudadanía e Internet, analizando casos de éxito de aplicaciones para la colaboración ciudadana. No me pude explayar mucho porque teníamos muchas voces que escuchar y poco tiempo (un montón de mesas y público muy participativo, cosa que se agradece enormemente), así que aquí dejo todo lo que me tenía en mente :-).
No tenemos que entender la participación ciudadana a través de la Red exclusivamente como una vía para que los políticos se comuniquen con nosotros de una manera más directa ni a la inversa. Una pata muy importante es la de organizarnos: lograr ciudades y ciudadanos enredados que prefieran pasar a la acción en vez de esperar que alguien dé el primer paso o les tienda la mano. Ciudades y ciudadanos que no sólo se organicen cuando hay problemas, sino también para compartir experiencias y convivencias.
Cuando pienso en esto, el primer ejemplo que me viene a la cabeza es el de Abla, un pueblo almeriense de unos 1.500 habitantes, muchos de ellos «hackers rurales» que impulsan la innovación desde abajo y no esperan a que sean las administraciones las que enciendan la chispa: redes sociales de vecinos, red wifi gratuita (como colofón a su declaración en 1998 de que el acceso a Internet debe ser un derecho universal de todos los ciudadano), vecinos que se comunican con el alcalde vía Internet, móvil o en persona, y un largo etcétera.
Otro ejemplo de un uso interesante en la Red es el de Fix My Street y su réplica más cercana arreglaMicalle (con un eco más limitado que el de su hermana inglesa). Plataformas en las que denunciar el mal estado de los espacios públicos bajo el slogan «si el ayuntamiento olvida, la comunidad recuerda«. Harina de otro costal será que el ayuntamiento no quiera escuchar… Fix my street nació hace poco más de un año como un proyecto de MySociety, una organización británica no gubernamental dedicada a “crear sitios web que proporcionan a la gente beneficios simples y tangibles en ámbitos cívicos y comunitarios”. En la misma línea está Alertas Urbanas en Cornellá, promovido por la asociación Cornellà Xarxa Ciutadana. Una página web donde localizar cualquier tipo de problema, dificultad, mejora… del barrio de Cornellá. Cuentan con un foro, un wiki y un cafetería on-line.
Si nos gusta más el modelo acción-reacción, podemos hacer algo de guerrilla con Aparcas como el culo, una plataforma desde la que nos podemos imprimir unos carteles-tipo para dejar en los parabrisas de los conductores in-cívicos, informándoles de algo que quizás no habían detectado (¡ejem!) e indicándoles dónde les podrían enseñar a hacerlo mejor. Cuentan con una galería de los horrores.
Y si seguimos con denuncias de espacios públicos: Queremos Jugar es una campaña iniciada por Save The Children donde uno puede mandar o sumarse a una denuncia ya hecha del mal estado de parques y polideportivos, o la falta de estos. El 15 de diciembre finalizó el período de recogida y ahora se está analizando la información para hacérsela llegar a los ayuntamientos correspondientes.
Bajo el slogan «¿Quieres saber algo de tu barrio? Pregúntale a tus vecinos» se presenta Askaro, una plataforma de nueva hornada ideada por triunfadores de las redes sociales (Ubaldo Huerta, creador de Loquo y Eduardo Manchón, creador de Panoramio). La finalidad de esta red es potenciar el blended networking, es decir, que las nuevas tecnologías sean apoyos a la comunicación a pie de calle, sirviendo como un buen repositorio del conocimiento tácito que se mueve en los corrillos del supermercado, el bar del barrio, etc… En esa misma línea de vecindario colaborativo está Neighbors for Neighbors o Meetup (hacer algo, aprender algo, compartir algo, cambiar algo).
Podéis encontrar más casos de éxito en el wiki de Colabora en Nuestras Ciudades.
Conclusiones
- Una clave de éxito de estas plataformas es que vengan impulsadas por la propia ciudadanía y no por la administración o empresas privadas
- Relaciones híbridas: mezcla de lo digital con lo presencial.
- Es mejor movilizarse que quedarse indiferente. Para lograr los mismos resultados no hay nada mejor que seguir haciendo lo mismo.
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