La brecha digital, la clave está en el uso y ya no tanto en el acceso

espinoCuando me preguntan por el futuro de la web, yo lo tengo claro: los dispositivos móviles. Poder acceder en cualquier momento y en cualquier lugar a la información será la próxima revolución (póngase aquí el número que se quiera seguido de un punto y un cero). Para analizar el impacto que puedan tener las nuevas tecnologías en nuestro día a día, tendremos primero que conjeturar la entrada de éstas en todos los segmentos de la sociedad. Lo que se conoce como brecha digital o digital divide es uno de los frenos a esta introducción.

Generalmente, cuando se habla de brecha digital siempre se tiende a un concepto simplista que recoge exclusivamente un problema tecnológico o de acceso físico a las nuevas tecnologías. De hecho, en sus orígenes, la administración Clinton (acuñadora del término) hacía distinciones entre “conectados” y “no conectados”. Así que no es de extrañar que las soluciones que se presentan pequen también de este tinte: con poner más equipos al alcance de todos los estratos sociales y mejorar las conexiones de red, asunto arreglado.

Sin embargo, éste sólo es uno de los síntomas que preceden a la enfermedad. Si bien hay personas que cuentan con la tecnología adecuada, luego no saben utilizarla o hacen un uso muy por debajo de las posibilidades que ofrece. Por tanto, esto rompe con la idea dicotómica del acceso (o se tiene o no se tiene), y plantea la existencia de diferentes grados de uso. Incluso se podría hablar de tres divisiones: la élite de la información, los analfabetos digitales y la mayoría de usuarios (Van Dijk, 2003). En el primer caso están las personas que hacen un empleo intensivo de Internet gracias a una mejor tecnología conjugada con sus habilidades. El segundo grupo se refiere a las personas con escasa habilidad o imposibilidad de utilizar las nuevas tecnologías. Las causas de esta incapacidad pueden derivar de la falta de educación digital o bien por lo que se denomina coloquialmente como tecnofobia. En muchos casos, esta tecnofobia, a parte de la falta de motivación, se trata de un mal muy común y estudiado en la psicología: el miedo a lo desconocido. No es por tanto algo específico de la tecnología e irá disminuyendo según pase el tiempo y los nativos digitales colonicen la sociedad, dado que para ellos ya nada será extraño. Habrán asimilado las TIC como algo natural. Las habrán amortizado.

A la hora de abordar la alfabetización digital, toca hacerlo también estableciendo una serie de competencias digitales mínimas (leer el correo, hacer uso de los buscadores, publicar contenidos, …) y luego otras más específicas del sujeto en cuestión.

Analizando los resultados de la encuesta de la Sociedad de la Información-ESI-Familias perteneciente al último trimestre de 2008 realizada por el Eustat (Instituto Vasco de Estadística) para la población de 15 años o más de la Comunidad Autónoma Vasca usuaria de Internet, descubrimos datos interesantes en base a categorías sociales como son el sexo, la edad, la educación y la actividad ocupacional:

Edad

15-24

25-34

35-44

45 y más

88,2

79,2

70,1

27,1

Sexo

Hombres

Mujeres

55,0

46,2

Actividad

Estudiantes

Ocupados

Inactivos y parados

95,4

68,7

17,7

Educación

Primaria

Secundaria

Superior

6,3

60,7

88,7

Una primera conclusión nos dice que los nativos digitales vienen con Internet de serie, sobre todo, a partir de secundaria, ganando terreno a los inmigrantes digitales (también conocidos por llegar tarde a las TIC). La vida cotidiana de los nativos transcurre en torno a Internet. Su relación con la información es diferente de la de sus padres. Se pasa de la intimidad y censura al exhibicionismo. De guardar el conocimiento en una caja fuerte a abrirlo y compartirlo. Estudiando a estos nuevos usuarios de la Red, descubriremos las tendencias del futuro. Otro dato, éste más negativo, es la brecha existente entre hombres y mujeres.

Seguimos con la reflexión de cara a presentar la comunicación al Foro OcioGune 2009 ¿Vosotros qué opináis?

Lorena Fernández Álvarez (@loretahur)

Ingeniera salsera. Actualmente, directora de comunicación digital de la Universidad de Deusto. Miembro del grupo experto de la Comisión Europea Gendered Innovations para analizar el impacto de no incorporar la perspectiva de género en la Inteligencia Artificial. Colabora en el programa de radio “Hoy por Hoy Bilbao” de la Cadena SER desde 2009 con una sección sobre nuevas tecnologías. Además, es jurado del premio Ada Byron a la mujer tecnóloga y mentora del proyecto Inspira STEAM, un proyecto que busca el fomento de la vocación científico-tecnológica entre las niñas. Ha creado junto a Pablo Garaizar e Iñigo Maestro el juego de mesa Nobel Run.

8 thoughts on “La brecha digital, la clave está en el uso y ya no tanto en el acceso

  1. Muy de acuerdo, enhorabuena.
    Tan sólo una cosilla, es cierto que a partir de secundaria se puede considerar que vienen con internet de serie. Pero ello no quiere decir que hayan adquirido las competencias.
    Yo creo que realmente cumplen uno de los requisitos más importantes para no caer en analfabetismo digital que es que no tienen miedo. Ahora bien, ¿se garantiza la formación en esas competencias digitales? ¿Es suficiente la autoformación?

  2. a) Has apuntado un esbozo de algo que a lo que deberíamos prestar más atención y que de verdad puede ser la verdadera revolución en el acceso a la red: Los dispositivos móviles. Pero en esta sociedad de m….., mientras las redes wifi abiertas se puedan contar con los dedos de la mano y el acceso 3G o UMTS se siga pagando a millón me parece que los dispositivos móviles seguirán siendo utilizados por una élite que pueda pagarse las terminales por un lado y la conexión por el otro. El resto, a verlas venir.

    b) El analfabetismo digital tiene una cara algo más amable en forma del talento. Está claro que si eres un zote (en cualquier aspecto de la vida) solo te queda poner perseverancia (y medios) para lograr habilidades técnicas. Pero si por lo que sea consigues los medios, puedes tener un talento innato que no has descubierto. Lo estoy viendo con mi madre. Un curso de internet de dos meses (má o meno) y ahora navega con soltura y no le da miedo (porque conoce sus capacidades) realizar las tareas básicas en la red. Enviar correo, descargar imágenes, navegar. Ojo, que no estoy hablando de cosas más avanzadas como poner servidores o registrar dominios…. Cada uno utiliza la red dentro de sus capacidades….

    c) acepto cualquier clase de crédito por mis ideas en la charla esa…

  3. Las brechas, las fallas, hacen geografía. Y las hay grandes y pequeñas. En nuestro mundo desarrollado puede parecer que las brechas en uso y comprensión de las nuevas tecnologías son muy grandes y muy graves, pero hay una que sí se monta justo sobre esa división clintoniana de los conectados frente a los no conectados: la brecha del precio de acceso a la red entre el mundo desarrollado y el empobrecido. Y ésa es una brecha mucho mayor que las que nos afectan por aquí, tanto en gravedad como en números. En algunos países un mes de conexión vía modem puede suponer una porción bastante jugosa del salario medio allí… para los que lo tengan y se la puedan permitir. Precisamente esa brecha en el precio de acceso es la que forma un agujero negro en todas las gráficas de nuevas tecnologías cuando nos acercamos a África. Curiosamente, la interner móvil podría ser una solución, al requerir infraestructuras más ligeras que la cableada, pero de nuevo nos encontramos con otra brecha, esta vez nada digital: para desplegarla en esos países sólo se puede contar con empresas a las que nadie puede obligar a nada. Son países abocados a los planes del FMI y abandonados al neoliberalismo y a su propia corrupción, la cual, además de mantenerlos y hundirlos aún más, procura que algo tan sensible como una red de comunicaciones, aunque sea aérea, sólo beneficie a quien conviene que beneficie. Una posible solución a esto son los miniportátiles capaces de establecer su propia red wifi a distancias cortas y medias, pero ha demasiados intereses para que triunfen.

    ¿Sigo tirando del hilo? Hablar de brechas no es tan sencillo como parece cuando simplemente se las menciona, y el presunto problema de nativos versus inmigrantes digitales me parece completamente mínimo frente a otros…

  4. @xa2: efectivamente vienen con las competencias mínimas y sin el miedo a la tecnología, pero entiendo que es necesaria la formación específica de cada individuo en la universidad o la formación profesional. Dependiendo de la rama educativa que estén trabajando, les interesarán unos recursos u otros. De hecho, a mí me resulta imprescindible en la futura educación superior que ésta «sólo» (atención al encomillado) abra las puertas. Los alumnos deben ser los que las crucen y recorran el camino. Enseñar a hacer minería de datos en este mundo de infoxicación que nos viene será crucial.

    @may: a) Igual la cuestión es crearse redes mesh donde todos los nodos son conductores de información y además que haya enlaces redundantes. Así ya no se dependería de un proveedor de servicios.

    b) No siempre el analfabetismo digital depende de tu habilidad. Hay muchos otros factores como la motivación, la (in)formación que se te dé, … Felicita a tu madre de mi parte 🙂

    c) No te quejes, que te invito a un café una vez al año 😛

    @mak: sigue tirando del hilo, pero ahora contéstame tú a este supuesto: Nos vamos mañana a un pueblo de África y llenamos todo de ordenadores con conexión a Internet vía satélite. Luego cogemos el montante y nos vamos. ¿Qué crees que harán con esos ordenadores?

  5. En ese caso, Lorena,seguramente más de lo que nos pensamos. Yo no pienso que la brecha digital se pueda rellenar sólo con equipos y conexión, sólo afirmo que hay unas brechas más graves (en magnitud) que otras. De todos modos, ni podemos olvidar que la tecnología es una ayuda mas para el desarrollo integral de una comunidad humana, ni sacrificar el desarrollo tecnológico en tanto no haya «del otro».

  6. @mak: En ese caso, Lorena,seguramente más de lo que nos pensamos. Te remito a que te veas la película Los dioses deben estar locos.

    Lo de que hay brechas más graves (en magnitud), habría que analizarse. Pero aún así, no es una excusa para descuidar lo otro. No me vale aquello de ignorar las minorías… Las nuevas tecnologías pueden ser un trampolín para saltarse los años de retraso del tercer mundo respecto al primero. Ejemplos como el de Extremadura, que ha pasado de ser una comunidad autónoma pobre en relación a sus vecinas, a ser ahora puntera en muchos campos, nos debiera abrir los ojos. No se puede esperar a que lleguen al desarrollo de la comunidad humana para lanzar entonces el tecnológico.

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